La muerte del dictador cubano Fidel Castro ha eclipsado estos días la actualidad política nacional. Todos miran a la Habana y cómo se dispone el viaje de los restos (incinerados) de Castro por todo el territorio insular, tal y como quinientos años antes Juana la Loca paseó el féretro de su marido, Felipe el Hermoso, por media España. La nuestra fue una locura renacentista; la de Castro, una locura revolucionaria, propagandista y de caña de azúcar.
Sin embargo, ha habido un acontecimiento importante al que debería mirar la clase política española, sobre todo los líderes del PP. Me refiero a las elecciones primarias por las que el centro derecha francés ha elegido a su candidato a las elecciones presidenciales de la próxima primavera. Qué envidia, qué sana envidia. Tres candidatos optaron en su día a las primarias. El todopoderoso, máximo candidato y ex presidente Sarkozy fue derrotado a las primeras de cambio. No pasó el corte y su despedida pública de la política activa fue un monumento a la elegancia y saber perder. El domingo se dirimió la segunda vuelta de las primarias y las ganó contra todo pronóstico el ex primer ministro Fillón, quien venció con rotundidad a su colega Juppé. Todo un modelo de proceso democrático en el seno de un partido para elegir a un candidato, entre los militantes y simpatizantes. De esta forma tan democrática, Juppé será quien intente frenar el auge del populismo de la extrema derecha francesa, envalentonada por el triunfo de Trump en Estados Unidos.
Tras las Navidades, el socialismo galo hará lo mismo. Elegirá a su candidato a ser cabeza de lista a las presidenciales en un complejo proceso de elecciones primarias. Aseguran los analistas que en este caso el socialismo francés tiene todas las de perder, pero ya se sabe que en Francia, al igual que en España, las encuestas las carga el diablo y los resultados pueden ser muy distinto a los pronósticos.
En España aún no nos han llegado los últimos ecos de la Revolución Francesa por lo que eso de las primarias suena aún a chino, mejor dicho a gabacho de los de la Independencia. Que todo hace indicar que en el Partido Popular se han anclado en la gesta patriótica de 1814 y no quieren mirar más allá de los Pirineos. En España, el líder del centro derecha se elige mediante designación indirecta. La cúpula nacional designa a un candidato y luego se hace el paripé de que los congresos provinciales elijan a compromisarios para elegir a quien ya se ha designado previamente. Así ha sido desde los tiempos del terremotero Fraga y así sigue siendo en pleno siglo XXI en los tiempos de la esfinge Rajoy. ¿Para qué cambiar si el PP gana las elecciones casi sin bajarse del autobús? Y mira lo que le pasa al PSOE por convocar primarias, se dicen, se excusan y se vacunan al mismo tiempo en el PP.
En el PSOE sí existen las primarias y un claro ejemplo de su buen funcionamiento fue la elección en reñida competencia de Rodríguez Zapatero, primero como secretario general del partido y, luego, como candidato a la Presidencia del Gobierno. Lo que ha sucedido después en el PSOE nada tiene que ver con las primarias y sí con el mal ejercicio del poder. Pero eso es otra historia.
Pocas reformas, de las tantas necesarias y urgentes en España, se van a concretar en esta legislatura por la simple razón de que los primeros que tienen que reformarse y no lo hacen son los partidos políticos, si de verdad quieren resintonizar con la calle. Y el PP gana en inmovilismo. Vivan las cadenas vuelven a gritar parodiando a quienes defendían a Fernando VII y rechazaban de plano y porque sí las nuevas ideas modernizadoras procedentes del otro lado de los Pirineos. Como ahora. Casi calcado. Vivan las cadenas.
Pues no se por qué me da que este candidato no va a poder en segunda vuelta con le pen. Si se da el caso de que lleguen a una segunda vuelta los dos no me extañaría nada que los franceses votasen por la extrema derecha antes de un producto sucedáneo. Y como eso ocurra ya sabemos todos lo que sobrevendrá despues. Sarkozy era el salvavidas que le quedaba a europa, pero los posibles casos de financiación irregular le han tumbado.