Aunque generalmente escribo sobre temas científicos (matemáticas y similares), de vez en cuando y desde hace años me gusta “picar” en otros campos, como por ejemplo la Historia que por otra parte entiendo que ha de ser analizada con criterios científicos. Como en estos días está de moda la situación en Cuba y dado que desde hace muchos años he escrito, leído y estudiado sobre la relación histórica de Cuba con España; me parece oportuno escribir sobre este tema.
Las últimas noticas que nos llegan de Cuba, han dado pie a muchos políticos españoles para hacer manifestaciones en las que se trata de buscar rédito electoral. Es lo de siempre, tratar de convencer al personal de que en política hay verdades tan evidentes cono las verdades matemáticas. No estoy de acuerdo con esta percepción. En política la realidad raramente es absolutamente blanca o totalmente negra. Hay toda una infinita gama de matices entre ambas. Por ello no valoraré las opiniones políticas. Expondré los datos que yo conozco (por haberlos leído y estudiado) sobre la historia de Cuba y su relación con España. No revisaré mis apuntes mucho. Me fío de mi memoria.
En el siglo XIX Cuba era una parte más de España o mejor dicho de lo que durante siglos fue el Imperio Español. Pero en el siglo XIX una nación de cortísima historia (los Estados Unidos de América), estaban en plena expansión. España por el contrario a lo largo de aquel siglo, fue perdiendo poco a poco influencia en el Mundo y cuando llegó el enfrentamiento con Estados Unidos, ya había acumulados una larga secuencia de fracasos y una enorme pérdida de poder. Lo que hacía siglos fue un gran imperio (el Imperio Español); a finales del siglo XIX estaba reducido considerablemente. Entonces Estados Unidos seguramente conociendo su posición de superioridad, (militar “por supuesto” entre otras), mostró abiertamente sus afanes de tomar para sÍ Cuba. Los yanquis disimularon “educadamente” sus afanes poco honestos, ofreciendo un dinero para comprar Cuba y como España no accedió se la quitaron lisa y llanamente por la fuerza. Fue una autentica canallada y una traición a España que los españoles no deberíamos olvidar nunca. Otra cosa es perdonar entre otros motivos porque no nos quede más remedio. Los detalles y las “razones” (¿hubo alguna?) para que los Estados Unidos declararon la guerra a España y le arrebataron no sólo Cuba, si no también Filipinas y Puerto Rico no los voy a tratar. Diré de nuevo que se trató de una autentica canallada y una traición en toda regla por los yanquis, que a menudo presumen de ser defensores de la libertad y los derechos humanos.
Los americanos que robaron Cuba a España y se la apropiaron para sí, después la manipularon y controlaron a su antojo. La llegaron a gobernar en la práctica , casi como si fuese una colonia yanqui. Lo mismo hicieron con Filipinas, lo que provocó incluso una guerra entre los “liberados” filipinos y sus “libertadores” los americanos. Podríamos decir que las antiguas posesiones españolas cambiaron de dueño, pero siguieron siendo sometidas, en este caso a los EEUU.
Pero llego un momento en que un tipo llamado Fidel Castro decidió sacar a Cuba de la dependencia de los americanos. Estos montaron en cólera y trataron por todos medios de acosar a Cuba, que encontró cobijo en otra poderosa nación entones existente. La desaparecida URSS. Cuando la URSS despareció Fidel Castro y su régimen trataron de sobrevivir al acoso de los Estados Unidos, llegando incluso a acercarse al mismísimo Vaticano. Esto parece el mundo al revés.
No obstante el acercamiento del régimen de Fidel Castro a regímenes políticos nada proclives al comunismo tuvo varias vertientes. Un dictador español de derechas de nombre Francisco Franco, simpatizó con Cuba a pesar de ser una dictadura comunista. Franco era un político muy hábil y se llevaba bien con los yanquis y también con los dirigentes cubanos comunistas. Todo un alarde de habilidad. Franco era consciente de que necesitaba el apoyo de los Estados Unidos, pero quizá también tenía buena memoria y sabía lo que había ocurrido en el siglo XIX. Es posible que en el fondo creyese un acto de justica que un tipo de origen gallego (Fidel Castro) como el mismo Franco, hubiese plantado cara al imperialismo norteamericano. Así es a veces la Historia y así de complicadas las relaciones humanas.
Otros políticos de derechas españoles, tambien mostraron sus simpatías por Cuba a pesar de ser una dictadura de derechas. En general la política de España hacía su antigua colonia fueron buenas y cordiales. Se consideró que al margen del signo político de los regímenes de España y Cuba y de los diferentes gobierno de España ya tras la muerte de Franco, era preciso mantener una relaciones cordiales con el pueblo cubano y con sus gobiernos.
La situación actual en ningún caso debería servir para azuzar las discordias políticas en España. Tampoco los americanos, dado su turbio pasado en todo este tema están legitimados para dar lecciones de moral. Si acaso para dar lecciones de cómo desde el siglo XIX han estado interviniendo en todas las partes del Mundo que les ha parecido bien y no necesariamente para defender la libertad, la convivencia democrática y los derechos humanos. Han actuado para defender sus propios intereses como ya sucedió en 1898.
El grito de que viva una Cuba libre debió nacer en el siglo XIX, cuando muchos cubanos consideraron que Cuba estaba oprimida por España. La historia parece indicar que jamás ha sido libre. Siempre ha tenido que soportar algún tipo de esclavitud y me temo que las revueltas actuales no cambien la situación. Podrá llegar la democracia Cuba…pero eso sí vigilada y contralada por los americanos, como ya ocurrió a finales del siglo XIX. En el Mundo no manda la fuerza de la razón, si no la razón de la fuerza con demasiada frecuencia.
Madrid, 18 de julio de 2021
Rogelio Meléndez Tercero