La Catedral de Astorga vuelve a acoger una de sus joyas patrimoniales más singulares: la representación de la Virgen de Valvanera, que desde finales del siglo XVII ha presidido el retablo del trascoro catedralicio. Esta escultura en madera policromada, realizada en 1702, regresa a su lugar tras haber formado parte de la exposición ‘Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro’, celebrada en el Museo del Prado de Madrid. Durante su estancia en la pinacoteca madrileña, la talla ha sido cuidadosamente consolidada y limpiada, lo que permitirá admirarla ahora con todo lujo de detalles.
La imagen podrá contemplarse hasta el 11 de abril de en el trascoro de la Catedral (este viernes 21 de marzo, debido al ensayo del Concierto de la Semana Santa no se podrá visitar), acompañada por una pintura anónima del primer tercio del siglo XVIII, perteneciente a la Colección BBVA, que representa a la Virgen de Valvanera en el tronco del roble donde, según la tradición, se apareció en las montañas riojanas.
Javier Gay, deán-presidente de la Catedral de Astorga, ha señalado que esta consolidación de la imagen ha permitido contemplarla con unos ojos nuevos: “Sabemos que esta imagen fue policromada en 1702 por lo que es muy probable que tenga que ver con un obispo de Astorga, Diego de Silva y Pacheco, que estuvo en la ciudad a finales del siglo XVII. Este obispo benedictino había escrito antes una obra dedicada a la Virgen de la Valvanera”.
El deán ha destacado tres detalles de la imagen: el manto que está lleno de dibujos grabados con representaciones de la Piedad, San Cayetano y anagramas referentes a Cristo y a la Virgen o la fecha concreta de la policromía, la parte de atrás de la imagen que cuenta con un águila que simboliza la divinidad y otra peculiaridad es que el niño no está mirando a la madre sino que tiene la cara vuelta al revés: “Una tradición piadosa cuenta que la posición del niño se debe a que en la Valvanera hubo un sacrilegio al lado y el niño para no verlo, volvió la cara”.
“Queremos que antes de devolverla a su lugar los ciudadanos puedan admirar todos sus detalles, que son muchos”, concluyó.



Luisa Castillo, asesora de arte de la Catedral, ha dado cuenta de los detalles técnicos de la consolidación, cuyo tratamiento ha sido muy sencillo y de conservación: “Ha consistido en la limpieza del polvo superficial y se ha hecho una consolidación de policromía en zonas donde había pequeños levantamientos y, para que visualmente la imagen estuviera más completa, en las zonas con pérdidas de color se ha hecho una entonación cromática”.

La Virgen de Valvanera: Un icono de devoción con historia
La Virgen de Valvanera es la patrona de La Rioja y ha sido objeto de gran veneración a lo largo de los siglos. La escultura de Astorga, como otras versiones de esta imagen medieval, conserva sus rasgos esenciales, entre ellos el característico giro del Niño Jesús, un detalle ligado a un hecho milagroso. Además, se enriquece con una cuidada policromía en la que destacan imitaciones textiles y representaciones figurativas, como la Piedad o San Cayetano.
La expansión de esta iconografía en la Diócesis de Astorga se debe en gran parte a la influencia de eclesiásticos riojanos y de la orden benedictina, cuyo monasterio de Valvanera ha sido un foco fundamental de devoción mariana. De hecho, el obispo astorgano Diego de Silva y Pacheco, benedictino de origen, publicó en 1665 la que sigue siendo la principal historia de esta advocación.
La exposición de la imagen en el Prado ha servido para revalorizar esta obra dentro del arte barroco español. Ahora, los visitantes de la Catedral de Astorga tienen la oportunidad única de redescubrirla en su entorno original, con una renovada vitalidad que realza su riqueza artística y su profundo significado devocional.