EDITORIAL

Virgen de los Dolores de Astorga

El periodista astorgano y editor de Astorga Digital, evoca a la Virgen de los Dolores desde la Fe de un parroquiano de San Bartolomé y miembro de una saga familiar perteneciente a la Archicofradía de esta venerada figura mariana

“Allí, en su capilla esquinada, como medio escondida, guarda San Bartolo su mayor tesoro a los que sólo entran a primera vista al templo. No es para turistas, no. Tampoco para los que viven la religión desde la superficie de la vida. Papá siempre se ubicaba en los bancos de adelante para escuchar mejor a don Antonino o a don José Benito, años después don Emilio, cerca del púlpito o a hacer las tareas de monaguillo si, rara vez, alguno de nosotros faltaba al horario establecido. La chavalería íbamos a misa de diez, al principio a recibir catequesis, años más tarde a ayudar a impartir el credo y la oración a los más pequeños. Y ella siempre estaba allí, fijándose en todos nosotros, sonriendo desde dentro de su crónico dolor, presidiendo la vida cotidiana que pasaba en una parroquia ejemplar de la España de finales del siglo XX. Tejerina y Toñín (chaparro) tocaban las campanas como nadie. Luis (mallorquina) y Dani (salvadores) ayudaban a Juan, a Sixto o a Pablo, que para eso eran más mayores. Lo de mamá ya era exagerado. Su virgen favorita, tanto que en casa los seis hijos le espetábamos: ya está la dolorosa. Cuando se quejaba de algo profundamente. Alejandrina, Jandri, era tremendamente sensible, se diría la misma encarnación de la madre de las madres, del asumir el dolor ajeno para hacerlo propio y velar como una mamá gallina a todos sus polluelos. Por supuesto, el saludo y el rezo a nuestra Virgen era obligatorio al acabar los oficios o realizar una casual visita al Santísimo. Creo que en mi vida profesional, y desde diversos medios de comunicación ya he escrito al menos diez veces sobre ti, querida Virgen, hasta en el librito Reflexiones de un adolescente cristiano figuras en anexo principal. Pero los ríos de tinta nunca serán bastantes. ¡Cuántos consuelos has llevado a miles de almas! Hoy, media vida después, han recogido el testigo de la archicofradía señoras igual de buenas, respetables  y entregadas a ti. ¿Te acuerdas de Queta Tomassoni, de Lola Abella, las Gavela, Pilar (Mallorquina), Irene (De la Torre), de Aurorita Aragón, de las Teo, de Charo Vega, Concha (Crespo), de las hermanas Cori y Toya, Julia (Cornejo), Carmen Criado y hermana, Benedicta y Matilde (tías de Jarrín), Milagros (abuela de Tomy) Milagros la maestra, la madre Toti, Fefi, tocando el órgano y cantando Charo Pizarro (Rubio), el vozarrón de Alfonso del Corte Moderno, de Lito, la fijas en plantilla, me refiero a Begoña y Benedicta a la limón, de Vicentina…Tantas y tantas señoras de orden y bien…Y sus maridos e hijos volvimos a portarla en andas. Y la tradición centenaria se recuperó. Y ahí seguimos cada año como clavos atentos a la cita. Cuánto nos acordamos de Duche, al señor Santos, de Marianín y sus belenes, de mi querido amigo Juárez…Y ahora te sacan por las iglesias, sales a predicar a otros rincones de la ciudad, te colocan en el lado más visible y relevante. Y te coronarán con una obra salida de nuestro querido orfebre Santos. Nuestro secreto, nuestro tesoro más íntimo ha sido revelado. No seamos egoístas y aplaudamos estas iniciativas, celebraciones y actos. Ella siempre ha estado allí y ahí estará. Callada y atenta. Escuchándonos y consolándonos”. 

Virgen de los Dolores

La Virgen de los Dolores de Astorga es una figura emblemática que ha inspirado devoción y fervor en las comarcas de la región. Su próxima coronación canónica, programada para el 20 de septiembre de 2025, representa un hito significativo en la vida religiosa y cultural de la comunidad.

Historia y Devoción

La imagen de Nuestra Señora de los Dolores se venera en la iglesia parroquial de San Bartolomé de Astorga. A lo largo de los años, ha sido un símbolo de consuelo y esperanza para los fieles, especialmente durante la Semana Santa, donde su presencia es central en las procesiones y actos litúrgicos.

Proceso de Coronación Canónica

El camino hacia la coronación comenzó formalmente el 30 de diciembre de 2022, cuando la Archicofradía de Nuestra Señora de los Dolores y la parroquia de San Bartolomé iniciaron el expediente de coronación canónica, tras obtener el permiso del obispo Jesús Fernández. Este proceso implica una profunda valoración de la devoción popular y del significado histórico de la imagen. Según se explica, “la Coronación Canónica es la mayor distinción que la Iglesia concede a una imagen para subrayar la devoción por una determinada advocación de la Virgen María” .​

Preparativos y Actividades

En preparación para la coronación, se han organizado diversas actividades destinadas a involucrar a toda la comunidad. La Comisión de Evangelización ha desarrollado unidades didácticas dirigidas a diferentes grupos de edad, desde niños hasta adultos, con el objetivo de fomentar la devoción mariana y profundizar en el significado de este acontecimiento. Estas unidades se distribuirán en colegios, parroquias y centros de mayores de la diócesis .

Además, durante el mes de marzo de 2025, la imagen de la Virgen de los Dolores realizó una misión evangelizadora, visitando parroquias, colegios, centros de mayores y conventos. Uno de los momentos más destacados fue el viacrucis extraordinario en la Plaza Mayor de Astorga, recreando el originario de 1954, presidido por el obispo y con la participación de jóvenes de la diócesis .​

Madrinas de Honor y Reconocimientos

Para enfatizar la dimensión diocesana del evento, se designó como madrinas de honor de la coronación a la Virgen de la Encina de Ponferrada y a Nuestra Señora del Castro. El párroco Enrique Martínez destacó que esta elección busca representar a todo el pueblo cristiano y fortalecer los lazos entre las distintas advocaciones marianas de la diócesis .​

Asimismo, Su Majestad el Rey Felipe VI aceptó la presidencia del Comité de Honor de la coronación, lo que subraya la relevancia del evento a nivel nacional. En una carta enviada a la comisión organizadora, se comunicó que el Rey “ha tenido a bien aceptar la Presidencia del Comité de Honor de los actos conmemorativos de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Dolores de Astorga” .​

Símbolo de Fe y Unidad

La coronación de la Virgen de los Dolores no solo es un reconocimiento a la devoción histórica de los fieles, sino también una oportunidad para revitalizar la fe y promover la unidad entre las comarcas de Astorga. Como señaló el párroco Enrique Martínez, se busca que la coronación “no fuese un acto que vinculase solo a una cofradía, ni solo a una parroquia, sino que se abriese a toda la ciudad y más aún a toda la diócesis, como un acontecimiento eclesial y evangelizador que tratase de involucrar a todos” .​

Este acontecimiento refleja el profundo arraigo de la devoción mariana en la región y la capacidad de la Virgen de los Dolores para congregar a una comunidad en torno a valores compartidos de fe, esperanza y solidaridad.

Más que una obra de arte

La imagen de Nuestra Señora de los Dolores de Astorga es una obra maestra de la escultura religiosa barroca, creada en 1705 por el escultor José de Rozas en su taller de Valladolid. Esta talla fue encargada mientras Rozas trabajaba en el retablo mayor de la iglesia de San Bartolomé, lugar donde actualmente se venera la imagen. La policromía fue realizada por Manuel y Agustín de Estrada.​

La escultura presenta a la Virgen al pie de la cruz, en una postura que refleja profundo dolor y desconsuelo. Su cuerpo adopta una disposición helicoidal: la pierna derecha casi extendida y la izquierda flexionada hacia atrás, lo que provoca un arqueamiento del tronco hacia el lado izquierdo. El brazo derecho se apoya en el pecho en señal de aflicción, mientras que el izquierdo se estira hacia atrás, parcialmente cubierto por el manto. La cabeza está elevada, con la boca ligeramente abierta y los ojos de cristal mirando suplicantes al cielo.​

Los ropajes de la Virgen son ricos y detallados: una túnica burdeos con ornamentación barroca, un sayo pardo de manga corta, una toca marfil y un manto azul con cenefa dorada. Los pliegues de las vestimentas aportan movimiento y profundidad a la figura. En el pecho, la imagen luce siete cuchillos, símbolo de los siete dolores de María, donados en 1897 por Juana Sánchez para reemplazar los originales robados durante la Guerra de la Independencia.​

La talla de Rozas se inspira en la Virgen de las Angustias de Juan de Juni, reflejando la influencia de la escuela vallisoletana en su ejecución. La imagen de Astorga, aunque comparte elementos con la de Juni, posee una expresión de dolor más contenida y serena, característica del estilo de Rozas.​

Esta escultura no solo es una pieza artística de gran valor, sino también un símbolo de profunda devoción en Astorga, especialmente durante la Semana Santa, donde protagoniza emotivas procesiones.

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