El importante déficit de aportaciones registrado durante la mayor parte del año hidrológico sitúa las reservas actuales en los embalses gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) en los 825,1 hectómetros cúbico, lo que representa el 28,7 por ciento de su capacidad total. Los valores registrados a esta fecha suponen cerca de diez puntos menos que la media de los últimos diez años (38,2 por ciento) y doce por debajo de la reserva hidráulica de hace doce meses (41,1 por ciento). Una cifra que sitúa el cierre del año hidrológico 2021-2022 como el peor de los últimos cinco años.
En Villameca, el embalse se sitúa esta jornada al 6,3 por ciento de su capacidad total, es decir, el embalse cuenta con 1,3 hectómetros cúbicos de agua, más de cuatro puntos por debajo de los valores registrados en esta misma época el año pasado.
A pesar de las circunstancias climatológicas extremas, con largos períodos de temperaturas récord y sin precipitaciones, la CHD destacó en un comunicado que el “trabajo conjunto” entre el organismo y los usuarios del agua ha permitido “garantizar” el recurso y atender las demandas en la mayoría de los sistemas, cumpliendo con los valores mínimos de reservas a 30 de septiembre marcados por la Comisión de Desembalse.
Las escasas reservas en algunos embalses, sin embargo, provocaron una reducción de las dotaciones de riego, con valores “inusualmente bajos” en los sistemas Tuerto, Carrión y Pisuerga – Bajo Duero. Desde el mes de febrero y durante toda la campaña, la CHD ha mantenido un contacto “estrecho” y “permanente” con los usuarios del agua en los diferentes sistemas de explotación, a través de la convocatoria de múltiples sesiones de las juntas de explotación, así como de la Comisión de Desembalse, tanto ordinarias como extraordinarias, trabajando para extender una campaña de riego complicada por la sequía. Además, han sido de aplicación las medidas adoptadas por la Junta de Gobierno con el fin de garantizar el uso racional de los “escasos” recursos hídricos.
De manera general, la campaña de riego se ha desarrollado con en los sistemas Órbigo, gracias a la gestión conjunta llevada a cabo por el Organismo y el Sindicato Central del Embalse de Barrios de Luna; el sistema Esla-Valderaduey, con unas reservas en los embalses superiores a lo marcado por la Comisión de Desembalse; Arlanzón, Alto Duero, Riaza, Adaja y Tormes, atendido las demandas existentes durante la campaña de riego sin complicaciones. Eso sí, en todos estos casos, los valores actuales son los más bajos desde 2017.
Regadío sin modernizar
Por el contrario, los sistemas Tuerto, Carrión y Tera han tenido “serias” dificultades por el desarrollo de la campaña, motivadas por la falta de reservas en sus respectivos embalses, “no conocida” en algunos de estos sistemas hasta el presente año hidrológico, y por la ineficiencia de algunos sistemas de regadío sin modernizar.
En cuanto al Sistema Pisuerga-Bajo Duero, la mayoría de las comunidades de regantes modernizadas han podido extender la campaña han podido extender hasta finales de septiembre, aunque los embalses del sistema Pisuerga llegan al 30 de septiembre en una situación muy “comprometida”, con tan solo un doce por ciento de reserva. Eso supone el cuarto peor dato de los últimos 25 años.
La nota, recogida por la Agencia Ical, añadió que el organismo valorará la autorización de riegos “esporádicos” durante el mes de octubre en aquellos sistemas donde las dotaciones estimadas de referencia no se han alcanzado y la situación hidrológica lo permita.
Recurso “valioso” y “escaso”
La CHD concluyó que, tras un verano de récords de temperaturas, la previsión es que el otoño sea “más cálido” de lo habitual, por lo que subrayó la importancia de realizar un consumo responsable y una gestión eficiente de un recurso “valioso” y “escaso” como es el agua, pendientes de la evolución meteorológica en los próximos meses.