Que viene el lobo Herrera

 

Uno de los líderes regionales más veteranos del Partido Popular, Juan Vicente Herrera, acaba de anunciar en Madrid que su tiempo político está llegando a su fin y que hay que dar paso a la nueva generación de dirigentes del partido. Bien, tiene razón, lleva demasiado tiempo gobernando y tanto tiempo provoca, malas rutinas, vicios y cansancio. Lo que pasa es que no es la primera, ni la segunda ni la tercera vez que Herrera anuncia su inmediata renuncia a la Presidencia de la Junta de Castilla y León y a la Presidencia del PP de Castilla y León. Cada vez que hacía uno de estos anuncios se removían los entresijos del partido y comenzaban a posicionarse los posibles candidatos a la sucesión. Y así afloraban nombres ya conocidos, por repetidos, como Valdeón, Silván, Mañueco y otros tantos.

¿Va ahora en serio Herrera? La verdad es que le puede pasar como al pastor en la moraleja del lobo. Ha anunciado tantas veces que renuncia que cuando lo haga de verdad no le va a creer nadie. Y mucho menos los ciudadanos, que ya se toman con una cierta sonrisa irónica este tipo de anuncios políticos. Claro que también pudiera ser que cada vez que anuncia que está cansado y mayor, lo que de verdad pretende Herrera es provocar una cierta convulsión en el seno de su gobierno y en el partido con el propósito de que los líderes se pongan las pilas, actualicen estrategias y sean más eficaces en sus gestiones. Todo pudiera ser.

Porque es evidente que hay altos cargos adormecidos en su autocomplacencia y, sobre todo, ante la falta de una oposición que sea de verdad controladora y fiscalizadora. Un ejemplo: la Dirección General de Comercio, vacante por baja maternal de su titular, y a la que no se le espera hasta bien entrado el nuevo año. El problema es que no hay quien la sustituya. Este periodista ha pedido una entrevista al titular de esa Dirección General sobre las estrategias de su departamento en la provincia de León. La respuesta oficial es que no puede ser a causa de la citada baja maternal y porque no hay sustituto posible. La alternativa de hablar con jefes de servicio no es viable (¿no están a la altura?) y mucho menos entrevistar a la señora consejera (¿inaccesible?). Vacío total. Y, mientras, se ensanchan las diferencias entre los comerciantes leoneses y la Junta. El malestar va en aumento. Otro polvorín.

Es evidente que hace falta un revulsivo en el seno de la administración autonómica. Quizás Herrera sea consciente de esta deficiente gestión y que detrás de esa cara de padre abad bonachón del convento, que es en lo que Herrera ha convertido a Castilla y León en las últimas décadas, se esconda un político de mayor recorrido, tal y como lo demuestran sus repetidos éxitos electorales con los que ha convertido a Castilla y León, junto a Galicia, en el auténtico granero de votos del PP; eso sí, una granero envejecido y despoblado, pero granero, al fin y al cabo, y con una probabilidad de continuidad similar a la expectativa de vida de los mayores que pueblan los medio abandonados pueblos de la región.

A la espera de que la directora general de Comercio vuelva al tajo y se avenga a contestar, Dios lo quiera, Herrera debe cumplir los plazos estatuarios y tras el congreso nacional de su partido ha de convocar el congreso regional y, tras éste, los congresos provinciales. Al final del año próximo se sabrá si ha habido o no renovación en el PP, si se ha optado por la transparencia y por la participación en vez de mantener los congresos a la búlgara, en los que los militantes votan casi por unanimidad a los candidatos ungidos por la gracia casi divina del máximo líder.

¿Puede Herrera ser presidente de la Junta durante un tiempo y ceder la Presidencia del PP a un joven líder aún por descubrir? Interesante posibilidad.

 

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