El poeta bañezano Luis Carnicero abrirá con un recital poético el ciclo ‘Versos en la Somoza’ junto a el violonchelista Miguel Ángel Viñuela en la localidad maragata de San Martín del Agostedo el día 12 de octubre a las 19 horas en la iglesia del pueblo.
Este proyecto, amparado por el sello Turismo Maragatería, trata de acercar la poesía a todos los pueblos de la comarca a través de diversos poetas del panorama nacional, en compañía de un músico, para que estas localidades sean visitadas y conocidas a través de la poesía.
El poeta: Luis Carnicero
El poeta y arquitecto Luis Carnicero ha referido en diversas ocasiones la riqueza natural de la provincia de León y esta vez quiere brindar apoyo, sumando su voz y su verso, al mundo rural que vive su peor etapa con un alto índice de despoblación.
Él es, sobre todo, amante de su tierra y conoce como nadie su cultura y la naturaleza de sus gentes. Son numerosas las iniciativas culturales que ha puesto en marcha en ella.
Su imagen interdisciplinar de las artes, con la que ha creado escenografías para La montaña mágica, de Mann; el Fausto, de Goethe o La tierra baldía, de Elliott, y Misterios escenográficos como Arquisol-Lunatectura y Poética de juglar, se refleja también en sus ensayos, artículos, relatos y poesía. Su magisterio en la escuela de Arquitectura de Madrid ha quedado reflejado en Arquitectura in blue y Villas para Laura publicando entre otros los libros Presencias del Origen en la poesía leonesa actual, Donde el Amor, Encarnada Luz o Morando el Cristal.
Participó en 2010 en la Palabra del Reino, En 2015 EN EL XVIII en el XVIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos de Salamanca y llevó a cabo en 2106 en el MUSAC de León la performance “Meditaciones del constructor de cabezas”. En 2016 el ILC abrió con su poemario Últimas Confesiones de Don quijote en la Desmayada Luz, la colección Cuadernos de lluvia.
Es un arquitecto de la palabra, pues Luis no sólo recita, entreteje sus versos con imágenes y acciones que los alimentan y enriquecen y sus puestas en escena terminan por ser una introducción que prepara el ánimo de los oyentes para conseguir que ellos mismos finalicen la obra.
El músico: Miguel Ángel Viñuela
Miguel Ángel Viñuela Solla es un joven músico leonés, afincado en Suiza, donde ofrece conciertos de violonchelo y toca en una orquesta. Comenzó en León, en el conservatorio profesional José Castro Ovejero, después continuó su formación en los centros musicales superiores ESMuC, de Barcelona, Musikene, en el País Vasco y desembarcó en la Schola Cantorum Basiliensis, de Suiza.
En su formación ha sumado a los estudios de violonchelo clásico y barroco, los de órgano, y música de cámara tocando así en ciclos y festivales del ámbito nacional y europeo como el Bach Festival de Ucrania, el Brujas Festival de Bélgica, el Guildhall School of Music and Drama de Londres, en el Musique Sacrée y el Provence de Francia, Klassikkuppel Basel, Tonhalle de Suiza , Rheinfelden de Alemania o el Auditorio Nacional de Madrid. Su especialización en la música antigua le ha llevado a tener un amplio quehacer musical en el seno de numerosos ensembles y orquestas profesionales.
En la actualidad a su intensa actividad de concertista su labor pedagógica y la investigación musical. Ya desde hace años Viñuela trata de acercar la cultura musical al pueblo leonés, labor que ha ejercido en estos últimos años a través de conciertos, actividades y charlas pedagógicas por toda la provincia.
El pueblo: San Martín del Agostedo
San Martín del Agostedo es una pedanía del Ayuntamiento de Santa Colomba de Somoza, en la ribera del río Turienzo. Como la mayoría de los pueblos maragatos, sus orígenes se remontan a la repoblación surgida durante la Reconquista.
Está situado en la margen izquierda del río Turienzo, por donde pasa la “Calzada Real”, también llamada “Carrera de Galicia” o “Camino Gallego”, camino que cruzaba Maragatería de Este a Oeste. Hasta el siglo XVIII, era el más transitado por los peregrinos que iban a Santiago desde el sur o el centro de España, por lo militares, por los segadores y por los arrieros. Dicho camino iba de la Corte a Galicia, llegaba a Maragatería desde Palacios de la Valduerna, al lado de La Bañeza. El primer pueblo maragato era Morales, donde había una venta maragata; de aquí se iba al Val de San Lorenzo, pueblo con parada o etapa en el servicio de postas.
La calzada continuaba hacia el Val de San Román, y desde allí hasta San Martín del Agostedo, cuyo concejo cuidaba del camino y de los mesones y posadas que en él había. De San Martín iba la calzada a Pedrero -donde se hallaba la Venta del Cristo o de “gallegos”-.
Este pueblo también conserva restos de minería romana de época alto-imperial en Los Lagunales y en Vallecillo. Aunque las primeras reseñas históricas aparecen en una donación al monasterio de San Pedro de Montes, realizada en 1156, donde aparece como “Martino Gostez”. Fue pueblo arriero, como así figura en el Catastro del Marqués de Ensenada (s. XVIII). Tuvo dos ermitas en honor a San Pelayo y San Pedro, las cuales ya en el siglo XVII no existían o estaban en ruinas. En el siglo XVIII hubo un hospital para recoger a los pobres, que atendía la cofradía de San Pedro.
Su iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Expectación, obra del siglo XVI, tiene una nave con bóveda de cañón, atrio, pórtico y espadaña. A la construcción se le añadiría más tarde, una nave y un cuerpo de edificio utilizado como sacristía. El retablo mayor es del siglo XVIII, con la imagen de la Virgen jalonada por las de San Antonio de Padua y Santa Bárbara. A su vez posee otros tres retablos: uno barroco, que preside una figura de Cristo tallada en el siglo XVII, compartiendo espacio con otra de San Martín, del siglo XVII; el de Santa Catalina, de finales del siglo XVIII, y otro, el de la Virgen del Rosario, realizado en el siglo XX. Además, se conserva una talla de la Virgen de Los Remedios tardo-románica y una cruz procesional del siglo XV.
Desde la organización invitan a participar en esta comunión entre el poeta, el músico y el pueblo, enlazados a través del arte y del paisaje porque, como ya dijo en una ocasión Luis carnicero, «El paisaje es la razón primera y el único que realmente encuentra este pulso es el poeta que vuelve a tener la idea de Fray Luis de León, el regreso a la contemplación».