“Las cosas pintan bien”, afirmó hoy la consejera de Sanidad, Verónica Casado, sobre la posibilidad de que mañana la Junta acuerde en el Consejo de Gobierno que Castilla y León pase al nivel uno de riesgo previsto en el ‘semáforo’ del COVID-19. No obstante, indicó que mañana decidirán si se aplica a toda la Comunidad o por provincias.
Verónica Casado, que compareció para informar sobre la situación epidemiológica de la Comunidad, coincidió con el vicepresidente, Francisco Igea, en que la “sensación”, salvo que haya “un cambio en estas horas” es que se produzca el paso a fase uno, tras permanecer 14 días en la dos.
En ese sentido, la consejera argumentó que Castilla y León está entrando en una situación epidemiológica y sanitaria que permite que mañana el Consejo de Gobierno discuta el avance en la desescalada, algo “previsible”. Sin embargo, prefirió no “adelantar” lo que se va a decidir.
Igualmente, Verónica Casado apuntó que en provincias como Zamora, cuando alcanzan un determinado nivel “bajo” de incidencia “cuesta cada vez más” que se reduzca, pero recalcó que presenta unos “datos muy buenos”. Además, hizo hincapié en que el coronavirus no acaba de desaparecer y confió en llegar al cero en algún momento. “Nunca nos ha alegrando tanto tener los ceros”, ironizó.
Además, aclaró que en este momento la Junta no optará por perimetración del municipio o cierres de negocios en el caso de poblaciones con alta incidencia como Medina del Campo (Valladolid), que tiene 249 casos por cada 100.000 habitantes a los 14 días.
En estos casos, remarcó la consejera, es “imprescindible” la colaboración y el apoyo de los alcaldes, que como en el caso de Medina del Campo, se han implicado en el cumplimiento de las medidas sanitarias y los aforos. Por ello, descartó que se esté barajando la posibilidad de aplicar alguna media extraordinaria, puesto que además en el caso de la población vallisoletana los casos están acotados y las cuarentenas y aislamientos se están cumpliendo.
Consumo en barra
Uno de los cambios que supondrá el cambio de nivel es el consumo en barra y de pie en la hostelería, lo que para la consejera de Sanidad aumenta el riesgo de contagio porque indicó que son espacios “más cerrados”, frente a otros más abiertos y con distancia, como implica que se tenga que hacer sentado y en mesas.
Al respecto, Verónica Casado aseguró que ha pecado de “prudencia” en este sentido, porque insistió en que las dos variables para el contagio son la movilidad y el contacto social. Sin embargo, con medidas, destacó, parece que no genera problemas.
Finalmente, la consejera de Sanidad insistió en que el COVID es una enfermedad infecciosa y que existen nuevas variantes, por lo que consideró que pidió que se siga siendo prudentes porque señaló que los profesionales se encuentran en “shock postraumático”.