Cuando accedieron al tren, los viajeros del Alvia que realiza su trayecto todos los domingos de 18.55 a 22.03 horas, y en el que muchos leoneses -incluidos algunos astorganos, según ha podido confirmar este periódico- que residen y trabajan en la capital de España regresan a su día a día tras pasar el fin de semana en su tierra, no se podían imaginar el calvario nocturno que les esperaba. Tras llegar a Segovia -con retraso; según algunos viajeros, el tren circulaba más lento de lo normal- el Alvia frenó en esta estación en la que en teoría no tiene parada en ese horario. Pocos fueron los que se dieron cuenta. Sin embargo, la parada cada vez más larga comenzó a inquietar al pasaje… Finalmente fueron cerca de cuatro horas las que el tren se quedó tirado en Segovia-Guiomar en plena noche. ¿La razón?: el maquinista se bajó y se marchó, alegando que ya había hecho las cinco horas de trabajo que le correspondían ese día, según ha confirmado Renfe a Diario de Astorga. Fue necesario mandar otro maquinista desde Madrid en otro tren para que recogiera a los 191 viajeros, una operación que tampoco fue todo lo rápida que se esperaba y en la que hubo varias “discrepancias normativas” por parte de los conductores.
Todo ello, en el contexto de las movilizaciones y jornadas de huelga convocadas por el Sindicato de Maquinistas (Semaf) con motivo del pulso que mantiene con Renfe por el plan de empleo de la compañía.
Finalmente, la noche acabó para los pasajeros a las tres de la mañana, hora en la que llegaron a una estación de Chamartín desierta y en la que no pudieron realizar reclamación alguna. Eso sí, fueron varios los que, indignados, acabaron interponiendo denuncias en las comisarías de Policía Nacional de la capital, según la prensa segoviana.