En la tarde de este sábado, y con motivo del tricentenario de la ermita de San Antonio de Padua del Val de San Lorenzo, el joven historiador del arte Abel Lobato Fernández desgranó ante un numeroso público el proceso de fundación y construcción de este edificio, tan emblemático de la localidad.
Tras explicar brevemente quién fue este notable santo de la Edad Media y analizar los diversos puntos de la geografía leonesa en los que se le rinde culto, Lobato pasó a exponer, paso a paso, la evolución histórica y artística de la citada ermita. Así, el historiador explicó que la iniciativa de la fundación de la ermita en 1719 corrió a cargo de los vecinos y del concejo del Val, siendo además este último su patrono perpetuo. Lobato también significó que la situación de la ermita –y del pueblo– se debía al Camino Gallego, importante vía de comunicación hasta el siglo XIX entre la Meseta y Galicia.
Por otra parte, reivindicó la gran importancia que tiene la torre del reloj del templo, obra del relojero maragato Antonio Canseco, en la que se utilizó el hierro como el material constructivo de su remate; recordando que tan solo siete años antes había sido inaugurada la Torre Eiffel de París, lo cual es muestra de la llegada de las ideas de la modernidad a tierras maragatas a finales del siglo XIX.
Abel Lobato animó a sus convecinos a participar en la misa de acción de gracias y posterior convite este domingo 9 de junio con el objetivo de recuperar la celebración de la fiesta de San Antonio de Padua, perdida desde hace décadas.
Por último, este historiador valuro reivindicó la importancia de salvaguardar el patrimonio local, y en especial el de la propia ermita, para la que propuso un plan director de acción encaminado a corregir las principales deficiencias del edificio, tales como el arreglo de la torre, la recuperación del encintado de cal blanca del proyecto original de 1896, la restauración del retablo mayor, la restitución de las imágenes de madera policromada y del sagrario originales del citado retablo y la eliminación del falso techo de escayola. Asimismo estimó que es necesario que el Ayuntamiento se comprometa a no sustituir la maquinaria original del reloj Canseco.