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UPA-Coag pide que se retome la quema de rastrojos este año ante una “insoportable presión de plagas”

Afirman que la única alternativa viable de lucha al margen de las quemas es la masiva utilización de químicos, más perjudicial para el medio ambiente

La Alianza por la Unidad del Campo, que integran UPA y Coag, reclamó este lunes a la Junta que adopte las medidas necesarias para que se retomen las quemas de rastrojos como medida fitosanitaria ante una “insoportable presión de plagas” y enfermedades, favorecidas por el tiempo lluvioso.

En un comunicado, la organización recordó que la Junta aprobó en 2016 una normativa que permitió la quema de rastrojos como medida fitosanitaria para prevenir las cada vez más frecuentes plagas, incluidas las malas hierbas, y enfermedades en los cultivos de Castilla y León. “Se trata de una medida que tiene carácter excepcional y que no busca otra cosa que compatibilizar las actividades socioeconómicas del mundo rural con la protección más sostenible que se puede ser capaz de ofrecer de forma viable al medio ambiente”, indicaron.

Esta práctica, que permitió realizar una adecuada gestión de cultivos en 2017 lo suficientemente constatada en los resultados en campo, sin embargo, quedó anulada a principios del presente año por sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León dictada tras el recurso presentado por un grupo ecologista.

Cabe recordar que el uso del fuego se autorizó únicamente en determinadas comarcas y para parcelas lo suficientemente distantes de masas forestales y zonas red natura, así como tomando toda una amplia serie de precauciones. Tan es así que fuera de las parcelas en que se empleó el fuego como medida de gestión no hubo que lamentar pérdida medioambiental alguna que fuera motivada por quemas autorizadas conforme a la normativa que las reguló.

Asimismo, recordó que el grupo ecologista que recurrió la medida argumentando que carecía de “justificación ambiental y fitosanitaria” y de “estudios e informes que la avalaran” no aportó alternativa alguna de lucha contra las plagas y enfermedades de los cultivos, ni tampoco aportó estudios que avalaran que el uso del fuego como medida de gestión sea más perjudicial que los actuales medios de lucha química a los que el uso del fuego pretende sustituir.

En este sentido, UPA-Coag señaló que el fuego fue tradicionalmente empleado como medida fitosanitaria y dentro del correcto uso ha permitido la actual biodiversidad que aún pervive en los campos, mucho mayor que la del resto de países.

“Resultaría incomprensible que los agricultores tuvieran que recurrir al empleo de químicos, por un lado, por resultar una medida medioambientalmente menos sostenible que las quemas controladas, y por otro lado, por no resultar rentable en buena parte de las comarcas agrarias de nuestra comunidad”, indicó. Además, advirtió de que resultaría moralmente incoherente que se prohibiera el uso del fuego cuando se utiliza como herramienta de gestión para la producción de alimentos.

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