Unos 300 apicultores recorren León “cansados del mal etiquetado” y piden que “la miel valga lo que tiene que valer”

El sector cuenta con 1.200 explotaciones en la provincia de León, de la que unas 200 son profesionales

Cerca de tres centenares de apicultores recorrieron este lunes las principales calles de la ciudad de León para gritar que están “cansados del mal etiquetado” en un año en el que “está subiendo todo y se tiene la miel en casa, los precios bajan y la normativa aduanera y de calidad perjudica frente a la entrada de otras mieles de baja calidad”, así como reivindicar que “la miel valga lo que tenga que valer”.

Así lo apuntó el representante apícola de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, Nacho Rodríguez, quien explicó que los participantes en la manifestación son “familias de apicultores y gente joven que están abocados al cierre de las explotaciones si tienen que estar otro año así”, por lo que pidieron a la sociedad que “comprenda el tema del etiquetado y ese tipo de normativas”.

Una sociedad a la que explicó que lo que ocurre es que están llegando mieles importadas de baja calidad a Europa, donde se produce “una transformación que consiste en calentar y mezclar”, por lo que pasan a ser etiquetada como miel de la Unión Europea. “Pedimos que eso lo sea así, porque no podemos competir con esos precios y necesitamos defender la soberanía alimentaria”, dijo.

En cuanto a las ayudas recibidas para paliar las consecuencias de la guerra de Ucrania, el representante de Coag aseguró que estas han llegado a las explotaciones, pero expuso que las han dejado fuera de cuestiones como los 20 céntimos del gasóleo agrícola y puntualizó que “no se puede funcionar a los precios con los que se trabaja ahora, porque prácticamente se pierde dinero”.

Rodríguez cifró en 1.200 las explotaciones apícolas existentes en la provincia de León, de las que unas 200 son profesionales, aunque “la mayoría son para sacarles un rendimiento económico”, de manera que “en el momento que eso no existe, los propietarios se ven obligados a quitarlas y el sector se va quedando atrás”.

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