Castilla y León registró en el año 2017, último dato disponible por el Instituto Nacional de Estadística (INE), un total de 218 muertes por suicidio. Un análisis pormenorizado permite comprobar que el 71 por ciento de las personas que decide quitarse la vida en la Comunidad es hombre y una de cada tres es mayor de 70 años.
El jefe de Psiquiatría del Hospital Universitario de Burgos (HUBU), Jesús de la Gándara, asegura a la Agencia Ical que el alto porcentaje de suicidios entre personas mayores está relacionado con la incurabilidad y la soledad, porque la patología mental se solapa con una situación social determinante y última como la extenuación de las neuronas. “Es más fácil que estos individuos con depresiones y con muchos años de cansancio y agotamiento lleguen a la depresión de serotonina en sus cerebros, por lo que cuesta menos dar el paso para quitarse la vida”, explica.
Además, precisa que la experiencia de los psiquiatras que trabajan con ancianos ha permitido constatar otro tipo de aproximación a la muerte, por extenuación.
Este experto también habla de un fenómeno mundial (conocido como ‘Movember’) como son los suicidios de hombres de mediana edad, como consecuencia de la extenuación vital que producen el estrés continuado, la sobreimplicación en tareas complejas, la falta de una vida sana y el consumo de sustancias. En este sentido, el tramo de edad entre los 50 y los 54 años en Castilla y León sumó en 2017 un total de 24 suicidios (16 hombres y 8 mujeres), el mayor de todos los grupos.
El Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra el jueves 10 de octubre, se centrará este año en la prevención del suicidio al constatar que se trata de un problema de la salud pública y reclamar la necesidad de combatir el estigma asociado al mismo. Además, el 10 de septiembre, tuvo lugar el Día de la Prevención del Suicidio. De la Gándara reconoce que las diferentes formas de autocidio y la enfermedad mental están “íntimamente” ligadas. Hasta el punto de que el 99,9 por ciento de los suicidios está relacionado con una patología psiquiátrica.
El doctor apunta que una persona decide quitarse la vida ya sea por haber padecido enfermedades previas, su evolución social y circunstancias “complejísimas”. En cuanto al desencadenante para tomar esa decisión, explica que llega con un estado depresivo y con una disminución de la serotonina en el cerebro que provocan “pasar del pensamiento al acto y de la valoración al impulso”.
De ahí que hable de la importancia de detectar esos pensamientos de suicidio de un paciente durante una consulta, al ser clave para la puesta en marcha de la prevención. Algo que, habitualmente, pasa por una hospitalización psiquiátrica, que viene acompañado de un tratamiento ansiolítico y antidepresivo pero también de sesiones de psicoterapia.
El número de personas que decidió quitarse la vida en la Comunidad apenas ha sufrido variaciones en los últimos años, con la excepción de los 240 registrados en 2014, solo superados por los 214 en 2002 y 2000. La cifra más baja desde el inicio del siglo XXI tuvo lugar en 2011, con 182 suicidios.
Los 218 contabilizados en Castilla y León suponen que la tasa de suicidios por 100.000 habitantes se sitúe en nueve frente al 7,9 de España. Por provincias, destacan los índices de las provincias de Zamora (13, con 23 muertes en 2007) y Ávila (11,8 y 19 fallecimientos). En el lado opuesto, se sitúan Palencia (5,5 y nueve suicidios), Burgos (7,3 y 26 muertes) y Segovia (7,7 y doce fallecimientos). En la media regional, están Soria (8,9 y ocho suicidios) y Valladolid (8,2 y 43) mientras que están por encima León (9,6 y 45) y Salamanca (con una tasa de 9,8 y 33 suicidios).
Jesús de la Gándara también se refiere a los casos de suicidios de jóvenes que no han pasado nunca por una consulta de Psiquiatría. En su opinión, esto se debe a una “negligencia”, con culpas repartidas entre el propio paciente que no ha solicitado ayuda ante una depresión y la familia al no detectar ese problema pero también los médicos de cabecera que, tal vez, no han prestado atención a los aspectos emocionales de esas personas, e incluso los propios psiquiatras que no han actuado a tiempo, tal vez por la lista de espera.
Continuidad de las campañas de prevención
El jefe de Psiquiatría del HUBU subraya que una intervención a tiempo con este tipo de pacientes de los que no se sabía nada hasta su fallecimiento hubiera evitado entre el 30 y el 40 por ciento de esos suicidios. De ahí que apueste por las campañas de prevención y sensibilización. Eso sí, hace hincapié en la continuidad. “Hay que utilizar el modelo efectivo de los accidentes de tráfico, que es ser unos auténticos pesados con el tema. Es el elemento fundamental para tener éxito”, asegura.
Por otro lado, valora los planes de formación de todo el personal sanitario, que no solo es teoría sino también capacidades prácticas para que todos los médicos de familia conozcan los recursos del sistema y estén atentos con este tipo de pacientes. También reclama que las familias estén “ojo avizor” de sus seres queridos, sobre todo con los enfermos depresivos, alcohólicos y psicóticos. “No hay que pensar que esto es algo que les pasa a otras personas”, precisa.
El gerente de la Federación Salud Mental Castilla y León, Ángel Lozano, apuesta por desestigmatizar y evitar la culpabilización del suicidio, además de incidir en la prevención. “La mayor parte de las personas avisa antes de quitarse a la vida, ya sea en su familia, su entorno social, vecinal y la red de servicios sociales y sanitaria”, señala.
En ese sentido, el movimiento asociativo reclama incrementar el número de psicólogos en la sanidad, sobre todo en Atención Primaria. No en vano, recuerda que el suicidio es la principal causa externa de mortalidad en España, por lo que se trata del “mayor problema” de salud pública. “Por cada adulto que se quita la vida, hay otros 20 que lo han intentado”, apunta.
Lozano también considera necesario que los medios de comunicación ofrezcan una información “responsable” y “adecuada” sobre los casos de suicidios, que es clave para ayudar en la prevención de otros episodios.