El subdelegado de Defensa, Francisco Javier Álvarez-Campana, y el alcalde de Astorga, Arsenio García, inauguraron este marte la exposición “Blas de Lezo. El valor de mediohombre”. La muestra, que se podrá ver en la Biblioteca Municipal hasta el próximo 31 de octubre. “España tiene una deuda pendiente con este gran marino español, Blas de Lezo, que consiguió con muy pocos medios contener una invasión británica a Cartagena de Indias a principios del siglo XVIII. Hace algunos años hubo un movimiento cívico de historiadores para recuperar su memoria que culminó con la colocación de una estatua en la plaza de Colón de Madrid. Representa a los muchos hombres que defendieron aquel asedio y al imperio español”, destacó el alcalde e historiador.
“A Blas de Lezo se le reconoce como héroe no solo en Colombia, sino también en Berlín y en Londres, capital de la nación en lucha contra España por el Pacífico. Un reconocimiento que no se ha hecho aquí en España”, amplió el subdelegado de Defensa, Álvarez-Campana. Se desconoce dónde fue enterrado Blas de Lezo pues “por envidia del virrey de Cartagena, tras su gran victoria fue enterrado en fosa común”, amplió García. La exposición, que consta de 26 paneles fotográficos, organizada por la Secretaría General Técnica del Ministerio de Defensa a través de la Subdirección General de Publicaciones y Patrimonio Cultural la Subdelegación de Defensa en León y el ayuntamiento de Astorga, persigue el objetivo de promulgar y promover la cultura de defensa y dar a conocer por toda la geografía nacional la figura y “recuperar la memoria de uno de los marinos más importantes de nuestra historia naval, contribuyendo de esta manera a difundir el rico patrimonio histórico cultural militar español”.
Blas de Lezo
Blas de Lezo nace el 3 de febrero de 1689 en Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa). Ingresa en la Marina con 15 años y destaca pronto por su coraje y valor en la guerra de Sucesión, donde se forjará como militar. Participa en los principales episodios del conflicto: la batalla de Vélez-Málaga (1704), el socorro a las ciudades de Palermo y Peñíscola y los sitios de Barcelona (1706 y 1714) y de Tolón (1707). Con solo 23 años asciende a capitán de navío y a los 25 era cojo, tuerto y manco por las heridas recibidas en combate, lo que le valdrá el apodo de Mediohombre.
Destinado en la escuadra del Mar del Sur lucha contra la piratería en las costas de Chile y Perú y en la defensa de los territorios ultramarinos. Posteriormente, al mando de la escuadra del Mediterráneo, participa en las expediciones de Génova (1731) y Orán (1732), y en 1734, al frente del Departamento de Cádiz, alcanza el empleo de teniente general, la más alta graduación de la Armada.
Hombre de máxima confianza del secretario de Estado José Patiño, en 1736 asume la defensa de Cartagena de Indias, considerada la llave de Indias y la plaza clave para mantener el dominio español en América. Será allí donde demuestre sus dotes de estratega y protagonice su mayor hazaña militar. En 1741, con solo seis navíos de guerra y no más de 3.200 hombres, defiende Cartagena frente a la flota del almirante Vernon, más de ocho veces superior en barcos de guerra y casi diez veces mayor en combatientes. Ante la sorpresa de Vernon, quien al comienzo de la batalla había anticipado a Londres una victoria segura, Lezo infligió a Inglaterra la mayor derrota naval de su historia. Pese a la crucial intervención de Blas de Lezo para el triunfo, su enfrentamiento con el virrey Sebastián de Eslava le lleva a ser apartado de su puesto al frente de la escuadra de Cartagena de Indias.
Muere poco después, en septiembre de 1741, invicto en toda su carrera militar, y es enterrado en una tumba de emplazamiento desconocido, sin el reconocimiento merecido. Colombia le recuerda como un héroe y la Armada honra su memoria con el nombre de un buque; en la actualidad, la fragata F-103.
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