Hace un tiempo escribí sobre lo que ahora escribo. Astorga debe asumir su responsabilidad sobre las comarcas que tiene en su entorno y ejercer de verdad como coordinadora, en la línea de lo que proponía el profesor Lorenzo López Trigal. Esto es así, no me lo invento yo. Es lo que se denomina Tierra de Astorga, que aglutina 14 ayuntamientos y que reúne a las comarcas naturales de La Cepeda, La Vega del Tuerto y La Maragatería, con la Sequeda literaria que entrañan.
Esta realidad comarcal de Tierra de Astorga esta así definida, como lo están Tierra de la Bañeza, El Bierzo, Tierra de Sahagún, etc. y coincide con la comarca que la Junta de Castilla y León recoge en su planteamiento comarcal.
Lo que me atrevo a proponer es que en vez de Tierra de Astorga se denomine Astúrica, aunque el nombre no es lo importante sino el hecho de asumir esta responsabilidad y ponerse a trabajar, sin que se hable de dividir o separar sino de unir y cohesionar.
Quien lo considere una idea descabellada, con toda la libertad para opinar y para seguir sin hacer nada, ignora la realidad y lo que han hecho otros. No está tan lejano el ejemplo del Bierzo. La zona que ocupa ha existido en los siglos, pero fue en el año 1991 cuando alcanzó esa definición de comarca y se puso a trabajar y las consecuencias de lo hecho no son pocas. El Bierzo es ahora además de una comarca natural y pujante que va hacia adelante, con muchas necesidades y frustraciones, pero con un bagaje de cosas hechas y logradas como comarca administrativa, que en su caso integra 38 municipios.
Se configuró a partir de la región natural del mismo nombre, estructurada en valles en la cuenca del Sil. Contiene zonas menores que se las considera comarcas o subcomarcas y cuenta con un antecedente, el de la división territorial de 1822, en el bienio liberal, que siguió al levantamiento del general Riego. Se perseguía la construcción del Estado Liberal con una nueva división provincial. En ella se contemplaban como provincias las de Calatayud, Chinchilla, Vigo y El Vierzo, con capital en Villafranca.
Esta división no cuajó y en 1833 se efectuaba la división de Javier Burgos, en la que no se incluía estas cuatro provincias y es la que se ha mantenido hasta la actualidad. Mi propuesta no aboga por ningún cambio provincial, sino por la toma de conciencia de algo pendiente, que incluye, como cuestión menor, su cambio de nombre y una mayor, cual es la de su puesta en marcha. Como consecuencia deberá crearse el Consejo Comarcal Asturicense como institución pública, que se ocupe del gobierno y administración, regulado por el Estatuto de Autonomía.
Abundando más en la idea: Recientemente se ha presentado en Madrid una propuesta de la España Vaciada, buscando soluciones con la idea de la comarca, como verdadera unidad territorial, dentro del ámbito de la provincia, pero como ente más eficaz y real para trabajar contra la despoblación.
Lo que se puede imputar negativamente a una generación de ciudadanos es lo que no hicieron debiendo de haberlo hecho. Como lo que padecieron como consecuencia de las inclemencias del tiempo o de lo que no tuvieron. Nuestra provincia no tiene mar y nunca será costa, pero esa no es disculpa válida para seguir sin hacer nada. No es el agua y el sol el único atractivo, aunque sea hasta ahora el explotado para atraer al turismo y justificar los viajes. Puede haber otros recursos, todavía no descubiertos o suficientemente puestos en valor, en el turismo del interior y el cultural. Todo menos el dejarse fenecer por inanición. Donde entra la atinada propuesta del Geoparque, a crear por la Unesco, lanzada desde La Cabrera, que aglutine a esta con La Maragatería y El Bierzo,
Los tiempos pandémicos que todavía estamos viviendo ya están trayendo consecuencias como el mirar con otros ojos la consigna de todos a Madrid y cada vez hay más ciudadanos que se plantean la vida con otras perspectivas.
En un juicio no se te juzga por lo que no tenías sino por lo que hiciste o dejaste de hacer. Como en el examen a los estudiantes se les examina de la materia que tenían confiada, no de otra cosa. Es pues necesario que Astorga asuma y ejerza de verdad ese liderazgo, superando esa mentalidad pacata de que “eso no es Astorga”. Es Astúrica, la ciudad de los astures creada por los romanos y que mientras Lancia, la auténtica capital, sucumbió en el siglo IV, supo proseguir ha compartido al menos dos mil años de historia. Mucho más que un título, con las tierras que le rodean y lo mismo que a aquellos primeros años administró los recursos del oro que se extraía por toda la tierra de los astures y muy especialmente en las laderas del Teleno, que fue donde estaba la mayor explotación aurífera de las que los romanos tuvieron en el mundo conocido.
Una ciudad fue destruía o asolada, en varias ocasiones, además de otras intentonas y asechanzas que sufrió, como la peste, que la dejaron abandonada. En todas las ocasiones revivió y volvió a ser ella renaciendo como Ave Fénix. Si eso se hizo ha de volver hacerse. No para gestionar el oro, sino para gestionar la realidad social y económica de nuestros días en los que padecemos la despoblación, que nadie nos la va a remediar, si no la remediamos nosotros.
Nadie no va a tocar con una varita mágica, ni nos va a traer una gran empresa para remediarnos, como se sueña en los cuentos infantiles con hadas y príncipes. Si esa posibilidad cupiera no faltarían carroñeros que se echarían sobre nosotros para arrebatárnosla. Como los romanos se llevaron el oro, que la historia se repite, y a es a lo que vienen los de fuera. Nunca a dar sino a llevarse. Somos nosotros lo que sobre la triste realidad de la Laponia Leonesa, por mal que suene, tenemos que levantarnos y andar por nosotros mismos. Este es el primer paso para iniciar el camino.
Max Alonso
Grupo SEAS
Hola, tomo la osadía de responderle sobre esta cuestión porque en mi opinión hay ciertos apuntes que son, digámolos así, bastante delicados.
En primer lugar me dirijo al tema de El Bierzo. A día de hoy es cierto que es una comarca administrativa, la única de la autonomía, pero no es para nada una comarca natural. Ancares, el Alto Sil o Cabrera no son El Bierzo (muchos otros municipios dentro de la comarca administrativa, tampoco lo son) ya que estas aunque estén dentro del consejo comarcal, pertenecen a sus respectivas comarcas históricas, naturales y tradicionales. Que actualmente estén dentro del ente berciano corresponde a una decisión política que además no beneficia (en mi opinión) a esos pueblos, ya que las competencias del Consejo Comsrcal son tan limitadas que no llegan a cambiar en nada la vida de sus pueblos y encima se oculta las realidades comarcales diciendo que todo es El Bierzo. Esto me recuerda al “todo es Castilla”…
Otro punto que menciona, es la denominación de “Tierra de…”. Y nombra el caso de La Bañeza, pero yo me pregunto ¿porqué Santa Elena de Jamuz se le debe nombrar como si perteneciese a una supuesta Tierra de La Bañeza si su “apellido” ya denomina a la comarca a la que pertenece que coincide con el río que baña su vega, el Jamuz (comarca Valdejamuz)? La misma pregunta me hago con Valcabado del Páramo, Torneros de la Valdería o Santa María de la Isla… ¿son menos sus comarcas para “rendir pleitesía a la ciudad mas grande y cercana? Creo que no, y de nuevo hablo del olvido que puede generar el uso del neotérmino “Tierras de” en esas pequeñas comarcas.
Todo puede ser debido al error de confundir los partidos judiciales con comarcas. No podemos caer en ese fallo, ya que un valor enorme de León es la variedad. No imitemos el engaño creado por la Junta de Castilla y León desde el inicio de esta autonomía, hacer creer que todo es Castilla y ocultar la zona leonesa.
Y para terminar, la comarcalización con una capital, vuelvo al caso de La Bañezs que es muy parecido al de Astorga ¿beneficia a los pueblos o beneficia a esa supuesta capitalidad? Personalmente creo que beneficia a la ciudad mas grande y eso después (en varios casos) de llevar decenas de años olvidando y mirando por encima del hombro a muchos pueblos.
Reciba un saludo.