Una ciudad llamada Astorga

No es fácil, hablar de la ciudad donde uno nació, tiene sus orígenes familiares en ascendencia y descendencia y vive día a día. Sin embargo, no podía negarme a esta petición de Alejandro Nistal, en esta puesta de largo de su nuevo proyecto editorial.

No es fácil, hablar de la ciudad donde uno nació, tiene sus orígenes familiares en ascendencia y descendencia y vive día a día. Sin embargo, no podía negarme a esta petición de Alejandro Nistal, en esta puesta de largo de su nuevo proyecto editorial.

La verdad es que poco nuevo se puede decir de Astúrica Augusta, puesto que los eruditos investigadores e historiadores que ha dado nuestra tierra se han ocupado y preocupado de escudriñar hasta la última línea de los polvorientos legajos.

Si me gustaría, por otra parte, centrarme en una breve visión personal que tengo de mi querida ciudad, llamada Astorga.

Tampoco quiero que sea una postura pesimista, pero si quizá un poco nostálgica y humana. Me estoy refiriendo al compañerismo sin límites y barreras, no exenta de cierta inocencia, que teníamos los niños de entonces, al salir del colegio y en la “plazoleta” del barrio jugábamos al fútbol a “guardias y ladrones”. El amigo Pepin era el encargado de fabricar en madera “los cachorrillos2.

Cuando nos reunimos los amigos de la infancia, juventud, adolescencia, recordamos estos momentos y escenas, y cada uno contamos anécdotas y curiosidades y llegamos a la conclusión de que hoy día no es lo mismo, parece que ha habido una transformación y eclosión humana y hasta las murallas, en lugar de acoger, más bien parece que nos alejan, distancian y nos separan.

Otro compañero de aquella época, me decía, solamente quedamos en Astorga, dos, del curso académico y ambos concluíamos que a quien le correspondía ir sembrando las bases industriales, tener un buen segmento laboral y de futuro, no lo hicieron, o al menos, no con toda su intensidad y quizá, lamentablemente, nuestra generación y las venideras tendrán que emigrar a otras ciudades en busca del “modus vivendi”. Y esto, en cierta manera me entristece como ciudadano astorgano siento esta decadencia industrial y laboral.

Largos y venturosos años de vida para mi querida Astorga y para el nuevo diario que nace hoy.

Alfonso DEL RIO SANCHEZ

 

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