El sábado 20 de diciembre la ciudad de Ponferrada contará con una calle que llevará el nombre del Obispo Don Camilo. Quienes le conocen saben que no es un obispo al que le guste el boato, ni los homenajes, ni la parafernalia en general, ni hacer ostentación de su condición episcopal. Es una persona que se caracteriza por la sencillez y la austeridad.
Dicho esto parece justo que se le dedique una calle en una ciudad por la que tanto ha hecho, visitándola infinidad de veces, no sólo para las grandes ceremonias, sino sobre todo en otras muchas ocasiones, casi como si viviera aquí. Retiros a sacerdotes, confirmaciones, vigilias de oración en Ponferrada, visitas a sacerdotes enfermos o a funerales… han formado parte de su actividad cotidiana.
Durante su pontificado se han realizado muchas e importantes cosas en Ponferrada. A modo de muestra, pensemos en lo referente a Caritas, a Proyecto Hombre, a las reformas en el edificio “Domus Pacis”, con el Centro de Orientación Familiar, Librería Diocesana, Centro de Estudios Teológicos San Genadio, Instalaciones de la COPE, Ampliación del Colegio de San Ignacio, Seminario Menor, Centro de Pastoral Juvenil en la Iglesia de San Andrés… En el terreno cultural no podemos olvidar la edición de las Edades del Hombre.
Dejo para el final una obra singular, muy importante. A él se debe la creación de la nueva parroquia de El Buen Pastor, en el barrio de La Rosaleda, incluida la construcción del nuevo templo, que es el edificio moderno más emblemático de la ciudad. Quizá por esta razón me permito discrepar de calle elegida para que lleve el nombre de Don Camilo, pues hubiera sido quizá más justo y necesario dedicársela en este barrio en el que mayor huella ha dejado.
Máximo Álvarez Rodríguez