Un refugio en el Valle de los Eremitas

El Ayuntamiento de Ponferrada pide al Obispado de Astorga la cesión de la iglesia de San Pedro de Villarino

 

Vanesa Silván / ICAL El Ayuntamiento de Ponferrada está dispuesto a rescatar del olvido a la iglesia de San Pedro de Villarino, actualmente incluida por la asociación Hispania Nostra en su ‘lista roja’ de patrimonio en riesgo. Totalmente abandonada, su deterioro es progresivo, víctima de los hundimientos y el expolio que la acabarán condenando a su total desaparición en unos años de no actuar. Y es que las reclamaciones y alertas sobre su deficiente estado han sido constantemente desoídas hasta tener que lamentar el derrumbe de parte del lienzo del ábside hace apenas unos años.

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A esta apartada iglesia se llega a través de una senda que sale del pueblo de Manzanedo de Valdueza, en un entretenido y descansado paseo entre castaños. Precisamente esa ubicación facilitó que los ladrones pudieran forzar su puerta y entrar en ella para llevarse las imágenes y todas aquellas cosas de valor que se guardaban en su interior. “Hará 20 años aproximadamente, o alguno más, forzaron la puerta y se llevaron todo lo que pudieron, se cree que lo hicieron de noche y por un camino que queda por detrás y sin pasar por el pueblo, con un motocarro, en el que cargaron los santos y las cosas que vieron de valor”, recuerda uno de los vecinos, Pedro Gallego.

Una vez sin puertas, el expolio ya fue absoluto, a excepción de la pila bautismal que, por su peso, no se llevaron y que se guarda en Manzanedo y las tres campanas que presiden su campanario, al que es imposible acceder ante la “desaparición” de sus escaleras de piedra. Gallego recalca que al faltar las puertas, las personas siguieron entrando y llevándose lo poco que quedaba, “hasta levantaron prácticamente todas las losas del suelo buscando, dicen, un tesoro que cuentan las leyendas que había”.

Así, el expolio aderezado con años de abandono e indiferencia por parte de su titular, el Obispado de Astorga, ha dejado a San Pedro de Villaríno en su crítica situación actual. Sus muros invadidos por las zarzas y la hiedra, su pórtico a punto de venirse abajo, su techumbre -que aún conserva su policromía en algunas zonas- amenaza con desplomarse en cualquier momento víctima de la agresión de la lluvia y el frío, su baptisterio solo refugio de murciélagos y un altar prácticamente inexistente, al “cobijo” de un ábside que hace ya un tiempo sucumbió y se dejó caer.

Esa es la triste imagen que presenta esta iglesia al visitante y contra la que desde el Ayuntamiento de Ponferrada se quiere luchar ahora, para lo que ya se ha solicitado al Obispado de Astorga su cesión. “Hemos solicitado la cesión y estamos pendientes de la respuesta de Astorga, mientras tenemos que estudiar también sus posibles usos y el coste que podría tener”, señala el concejal de Cultura y Patrimonio, Santiago Macías, que indica que lo más urgente sería hacer una intervención de consolidación para poner freno a su deterioro y después, poco a poco, hacer mejoras.

“Lleva los últimos 25 años cerrada al culto, si se tarda unos años más en intervenir se vendrá totalmente abajo”, advierte Macias. También preocupada por la situación de este templo está la asociación Promonumenta, que hace unas semanas procedió a su limpieza, a la colocación de las losas levantadas en el suelo interior y el apuntalamiento del pórtico y el ábside. Ellos también se han reunido con el Obispado y ya se han ofrecido para, de no haber avances antes de que vuelva la época de lluvias, colocar un plástico que proteja el tejado de las humedades y evite que se siga debilitando.

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