UN LOBO EN EL MONASTERIO
SAN PEDRO DE MONTES
25 de junio del año de 1760.
Un animal desconocido y feroz ronda por el monasterio benedictino de San Pedro De Montes, en el Bierzo.
Rodeado de misterio, el animal fue considerado de ferocidad extrema, garras pesadas y enormes y poderosas mandíbulas.
Aquella especie de monstruo venía a incomodar la paz y el recogimiento de aquellos monjes, atribuyendo al animal, desde sus miedos más profundos, una mirada diabolica .
Tiempo después, abatido el animal a manos de un cabrero, se desolló y su piel se conservó en el citado Monasterio.
Al mismo tiempo, en la frontera de Galicia y Portugal, un animal de similares características había devorado a más de ochenta criaturas .
Hasta ciento veinte portugueses y mil gallegos rastrearon los montes en busca de la alimaña .
Las crónicas antiguas, en las que se entremezclan los miedos y se gestionan los adentros con hambres y rezos, distorsionan los estados naturales.
Entre ellas, aparecen estos seres magníficos como símbolos del mal, acusando los temores sobre los ya constituidos para el mismo fin.
Pero la realidad es, o fue, muy diferente.
El primer animal que rondaba el Monasterio de San Pedro De Montes, se trataba de un lince o Lobo Cerval como se le llamaba antiguamente, y murió a manos de un pastor .
El otro animal que mató ochenta criaturas también murió a manos de otro pastor, en este caso, se trataba de un Lobo y las ochenta criaturas pertenecían a su rebaño de ovejas.
Entre los tintes torcidos de algún renglón de la historia, surgen estas especies de sucesos manuscritos, invocando los pasados misteriosos y casi supersticiosos .
Posteriores interpretaciones fueron aclaratorias, porque bastando dos pastores para acabar con aquellos animales diabolicos, un cuidador de cabras en las inmediaciones del monasterio de San Pedro De Montes y el otro en Portugal, no harían falta mil hombres, como contó la historia, y de la piel de la primera alimaña, desconozco su destino.