Las compañeras de Redacción han publicado en este medio un informe-resumen sobre lo que ha sido el primer año de legislatura del actual equipo de Gobierno en coalición Psoe-IU, o si lo prefieren: Juan José Alonso Perandones-José María Jañez. Un parto cuyo hijo nación “de nalgas” a tenor de lo acontecido. Tiene que resultar muy duro no poder saborear la victoria real de votos del Partido Popular astorgano con una mayoría minoritaria a causa de la dichosa papeleta y su rasgadura accidental o voluntaria. La fortuna cayó de lado de Alonso Perandones que, regresado para poner orden y concierto en su partido, también pasaba por recuperar una Alcaldía perdida tras casi 20 años de dominio absoluto de la situación. El leonesismo, primero el de la UPL que pactó con el Psoe, y luego el del PAL que se entendió con el PP, se diría que ha desaparecido del escenario político astorgano. Como la mítica frase de la Transición: ‘Ni está ni se le espera’, a pesar de contar con un acta de concejal y tras una espantada de su primer ocupante, Fernando Barriales. Más llano todavía el camino para el tándem social-comunista.
Que Izquierda Unida haya llegado por primera vez en la historia al Gobierno de la Casona es un hito a reconocer. Otra cosa es que a la Astorga más mojigata le estremezca y le parezca imposible. El juego de la democracia es así. Y el señor Jáñez, con sólo dos votos ha sido, tras analizar estos doce meses primeros, el gran ganador de la situación.
Juanjo, y nos referimos al alcalde en términos coloquiales, se ha encontrado con un Ayuntamiento que ya no es, ni en su personal ni en su funcionamiento, el que él dejó. Ni tan siquiera la forma de las relaciones o el mapa de medios de comunicación son los mismos ya. Dentro del mérito que tiene el volver al ruedo prácticamente con personas desconocidas, a excepción de un par de concejalas, la apuesta de Perandones era peligrosa pues es un hombre con un legado ya patrimonio de todos los astorganos. Y algunos creen que su tiempo pasó, mientras otros opinan que “tuvo que volver para terminar cosas importantes que se encallaron como el Museo de la Harina o la Casa Panero…” Símbolos finales de sus muchos años al frente de la Bimilenaria.
El Ayuntamiento del siglo XXI tiene dos pilares fundamentales en términos generales, a saber, el Gabinete de Alcaldía y el área económica de su funcionariado. Dos pulmones, metafóricamente hablando, de la institución local, la más cercana a los ciudadanos, es decir, a la política real del cara a cara y el codo con codo respecto a la interrelación con los votantes y habitantes de un municipio relativamente pequeño como el nuestro. En los cuatro años anteriores, nadie lo puede negar, se dispusieron las bases para que los servicios de Intervención y Tesorería se profesionalizasen, creciesen incluso en número de funcionarios, y se afrontaron el reto de la digitalización administrativa y nuevas leyes mucho más estrictas en los gastos y formas de manejar y gobernar desde el punto de vista económico. Hasta el gasto de unos bolígrafos tiene que pasar por el tamiz de tres ofertas, composición de mesa de adjudicación y demás (es un ejemplo un tanto exagerado como real).
Estamos hartos de escuchar: “no hay dinero” en boca especialmente del alcalde. Cuando se sabe feacientemente que más de un millón de euros quedaron presupuestados y con los trámites finalizados para media docena de obras por parte de la Corporación anterior. Se diría, como en tiempos de los egipcios, que el faraón sucesor quisiera eliminar todo rastro del líder anterior y ese no fue otro que Arsenio García Fuertes. El único, por otra parte, que ha presentado una solución casi integral de rescate y puesta en valor de nuestro monumento civil, las murallas, que tanto y tan bien podría hacer a la configuración monumental que Astorga posee. Como aquí hemos escrito, la Astorga del nuevo siglo terminará por convertir la Nacional VI y la Avenida de Ponferrada y Murallas en las dos arterias principales del tráfico rodado. Un ejemplo es ya la ubicación del mercado,recién estrenada, y que tantos comentarios en una u otra dirección ha propiciado. En Astorga no se es muy amigo de cambios radicales por su carácter costumbrista.
El otro pulmón, una vez enunciados los cambios en Intervención, esto es, en la cuestión de los dineros, las leyes y los procederes es la Alcaldía, es el Gabinete en torno a la figura principal de la política local de entidades menores. Todos quieren hablar con el alcalde, contar sus cuitas, pedir un favor, explicar una situación… Pero los alcaldes no son ‘supermanes’ y la realidad y la experiencia demuestra que deben de contar con un servicio de agenda, pase de firmas, recepción de ciudadanos, pero también con la COMUNICACIÓN. Hay que salir del despacho para viajar y vender tu ciudad, tus productos. Hay que saber comunicar externamente e internamente, a través de las nuevas formas y tecnologías, todo lo que se hace, se está haciendo o se va a hacer. Instaurar un Gabinete de Alcaldía en el pasado mandato costó sangre, sudor y lágrimas, incluida la denuncia y persecución del señor Jáñez a una colaboradora por estar en el Ayuntamiento, la misma persona que poco después fue la Jefa de Prensa de García Fuertes y que integró dicho gabinete junto a una secretaria experta en protocolo y comunicación y un teniente de alcalde que nunca llegó a cobrar muchos meses adeudados en los primeros tiempos del pacto
Ahora todo recurso económico parece haberse quedado en la primer tenencia de Alcaldía y volver al “no hay noticias” y andar a la caza del edil para contarle penas o solucionar tal cuestión. La denominada “planta noble” del Ayuntamiento sí tiene nuevos visitantes y colaboradores externos que, de momento, no se ha dicho nada en este año de prueba, pero todo el mundo reconoce que el ambiente y el corazón de vida latente no ha alcanzado al que existía hace cuatro años con el profesor de historia.
Profesionales al frente en Intervención y Ejecutivo, no quedarse atrás en la revolución digital en formas y fondo, son las dos mayores carencias que, en el informe de nuestras compañeras no encontrarán, pero sí en este rápido análisis. No queremos visitas de más embajadores, que daban cosmopolitismo a nuestra culta ciudad; tampoco costosas recreaciones que situaban a Astorga en los medios de comunicación de toda España (ver dossier al respecto) y vida a nuestros comercios y hostelería. Ni la modernización del área deportiva en medios y legislación que vivió la ciudad. No queremos nada de eso. Entonces, ¿qué buscamos? Da la sensación de que existen dos o tres temas mantra y el resto es un día a día tranquilo y cotidiano donde las comunicaciones, la búsqueda de inversores o la propia vida de la ciudad no se ven (hasta se echa de menos que todos los fines de semana hubiera alguna actividad que llenase de vida la ciudad).
Ha sido un año de prueba. Un año de aterrizaje. Ya podemos empezar a exigir. Sus señorías han tenido tiempo de tomar posesión e impregnarse cada uno de su rol a jugar en el Consistorio. Es hora de soluciones. Que también las ha habido, como la adecuación del Hogar del Pensionista o la pugna por no quedar sin atención humana la Estación de Trenes, por citar algunos ejemplos…Y por último, un sonoro capón para la oposición. Venimos de denuncias casi mensuales al procurador del Común, de fiscalización diaria de cada documento que se movía en el Consistorio por parte de una oposición que, recordemos, llegaba a grabar sin decirlo las reuniones de las distintas comisiones informativas y sectoriales municipales, en un afán desmedido de encontrar algo que arrojar a la cara al Gobierno popular. Por el contrario, los actuales miembros de la oposición no se fajan, ni de cerca, como durante el acoso y derribo que se vivió en los cuatro años anteriores -con escándalo judicial por dilucidar de por medio-.
El editor
Ecuánime y ponderado. Socialcomunista ✌️