Durante los últimos días mucha información hemos recibido por parte de los medios de comunicación sobre los diferentes colectivos “ultras” de los clubes de primera, segunda, tercera y hasta de vigesimoquinta división en algunos casos. Incluso algunas cadenas, lo cual debería dar que pensar a sus productores, han realizado noticiarios desde el lugar de los hechos, mostrando en plano “aquí fue donde…” “Aquí podemos ver aún…”. Programas que han inundado la programación de diferentes cadenas de televisión mostrando a los integrantes, ideologías, emblemas y símbolos de un lado y del otro… todo con el fin de “informar” de una acontecimiento que ha ocultado tras la mayor de las montañas otros sucesos, seguro más importantes y con mayor calado social, como fue él acontecido en Vigo. Pero claro, allí solo había información y quizás eso no es noticia.
La cuestión es que no solo resulta ciertamente inquietante que algunos programas televisivos traten ciertos aspectos con frivolidad o buscando el “morbo” de la noticia. Lo que me resulta aún más preocupante es que las cadenas televisivas, evidentemente, solo generan aquel tipo de noticia que el televidente demanda, es decir, no se genera dicha oferta si el consumidor final no la demanda, lo cual debería generar una reflexión en todos nosotros como consumidores.
Tras estas reflexiones es entonces cuando podríamos plantear una serie de cuestiones que debieran ser planteadas por las productoras televisivas, ¿Debe valer cualquier tipo de información que el televidente demande? ¿Acaso las cadenas de televisión no deberían tener un cierto código de buenas prácticas que les permitiera definir que es información de lo que no? ¿Acaso las cadenas de televisión no son conscientes de que también deben tener una responsabilidad social relacionada con su labor? ¿Cómo pueden ciertas cadenas de televisión exigir a otros colectivos que den ejemplo social cuando ellas mismas olvidan que además de informar deben ser socialmente responsables?
Solo espero que como consumidores sepamos responder a este tipo de periodismo, que ciertamente debe cumplir su labor de informar pero parece que, cada vez más, dicha labor pasa a un tercer o cuarto plano para poner al frente otro tipo de objetivos. No existe ningún colectivo con más fuerza sobre los medios de comunicación que sus consumidores para depurar aquello que consideramos información de lo que no, y ciertamente creo que el periodismo deportivo debería detenerse cinco minutos a pensar el rumbo para los próximos años, pues independientemente de la audiencia, cuota de pantalla… creo firmemente que no le están haciendo ningún bien al deporte, ni a los deportistas.