En un mundo globalizado, el efecto mariposa tiene cada vez más sentido. El efecto de las alas de la mariposa italiana puede provocar un auténtico terremoto en Bruselas, París o Ponferrada, por poner sólo unos ejemplos. Europa tiembla por los resultados de las elecciones italianas de este domingo, donde la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas, a cuál de ellos más antieuropeo y antisistema, han sido claros vencedores. La socialdemocracia de Renci ha sido la gran perdedora, lo que ha obligado a su líder a abandonar la política activa. Y todo ello en el mismo día que se hacía pública una nueva encuesta (Elconfidencial.com) en la que Ciudadanos sería el partido más votado (28%) con diferencia, si hoy se celebrasen elecciones generales en España. PP y PSOE, empatarían con el 21% de los votos cada uno. Esta encuesta vendría a ratificar lo que ya han vaticinado otras encuestas recientes en periódicos nacionales y por el mismísimo CIS. Lo de Italia comparado con la que se avecina en España puede ser una nimiedad.
No hay nada más que mirar lo que sucede en la calle para comprobar el enorme cabreo ciudadano contra el actual Gobierno de Rajoy. Los miles de jubilados que cada día salen a la calle a lo largo y ancho de la geografía nacional son sólo la punta de lanza del descontento nacional contra un Gobierno y un partido que no han sabido, querido o podido hacer las reformas que España vienen demandando dese hace años. Incluida Cataluña, que se ha convertido en un auténtico cáncer para la convivencia pacífica nacional. A falta de respuestas por parte de los partidos tradicionales, Ciudadanos ha aprovechado el enorme hueco dejado por la inoperancia de PP y falta de alternativas del PSOE para presentarse como el único partido con las ideas claras para hacer frente al independentismo. Y de Cataluña, al resto de España. Da igual que Ciudadanos no tenga implantación nacional ni gente preparada para asumir responsabilidades en cada uno de los rincones de la geografía nacional. Tampoco los tenía Macron en Francia y en seis meses ganaba unas elecciones. Y qué decir de la Liga Norte italiana, que se ha trasmutado de independentista en punta de lanza contra los inmigrantes y con implantación a nivel nacional. Vivimos en tiempos convulsos dominados por sensaciones y sentimientos. La razón ha muerto. Que tomen nota PP y PSOE, partidos que no han evolucionado del mundo analógico al digital. El mundo cambia, en principio a peor, y el don tancredo de Rajoy no se da por enterado. Como si el modelo de la gran coalición alemana fuera a ser un valladar salvador para España. La historia puede arrollar a los partidos políticos tradicionales sin que sus líderes se enteren. Por ahí va la tendencia.
Por todo ello y como si los cambios políticos que estremecen a Europa no fuesen con el PP y que, por consiguiente, siguiese vigente el modelo fraguista del España es diferente, andan los líderes populares recorriendo las antiguas cuencas mineras intentando convencer a los mineros jubilados de las virtudes de los gobiernos central y autonómico, como si esos mineros pre o jubilados del todo no hubiesen recibido la famosa carta del Gobierno central anunciando una subida de las pensiones del 0,25%. Vaya papelón. Dice el cerebro del PP regional que la mayoría absoluta en las Cortes de Castilla y León se perdió en las cuencas mineras. Así que para allá han ido ir a rescatar votos en solares yermos, vacíos, sin juventud, despoblados, embellecidos pero sin vida y, sobre todo, sin futuro, con la certeza del cierre de las últimas minas y de las centrales térmicas por la imparable descarbonización de la economía europea. Pues nada, que sigan predicando en el desierto, mientras un poco más allá se genera la mayor tormenta de arena que jamás haya visto la humanidad.