Pocos lugares hay que puedan presumir del bagaje cultural e histórico que posee el Torreón de los Osorio. Se cree que pudo haber sido un castro romano, aunque su datación se documenta a partir del siglo XIV, a día de hoy es el único monumento civil leonés tan antiguo conservado en Maragatería. Después de casi siete siglos, numerosas batallas y guerras, cambios de manos e un incendio, el Torreón se mantiene erigido; desafiante al paso del tiempo, en la localidad de Turienzo de los Caballeros.

Tener una visita guiada por el único monumento civil del siglo XIV que se conserva en La Maragatería es toda una suerte. A finales del siglo XIX, el torreón sufrió un incendio que calcinó las estructuras de madera del interior, si bien dejó intacta toda la estructura de piedra. Francisco López Becerra de Solé y Pilar-Paloma de Casanova Barón son los actuales marqueses de Astorga, los trigésimos primeros en línea directa, y quienes han restaurado el Torreón que se puede visitar durante los meses de primavera, verano y otoño, “previa llamada a Óscar Martínez, el guía” en el teléfono 684411193. Más de 200 personas han visitado este Bien de Interés Cultural en el último mes.
Estructura centenaria
Del antiguo castillo de Turienzo, que dio el nombre a la localidad el nombre de Turienzo del Castillo, solo se conserva la torre de los Osorio. Su planta es cuadrangular, de robusta construcció. Mide 22 metros de altura y se distribuye en cuatro plantas además de la mazmorra. La construcción del matacán, parapeto, en la torre del homenaje que hoy se conserva, indica que se había restaurado con anterioridad en el siglo XV.
El Torreón ha sido habitable -y habitado- desde tiempos inmemoriales y entre sus muros se pueden encontrar pequeñas joyas pictóricas y decorativas que exponen un fragmento de historia de la región. El Torreón, que formaba parte de una construcción mucho mayor amurallada para defender este pedazo del Camino de Santiago y las cercanas minas de oro, perteneció a la Orden de los Caballeros Templarios. Cuando éstos fueron expulsados, la construcción pasa al/a manos del* obispado de Astorga. El 23 de febrero de 1301, en época del rey Fernando IV, la propiedad pasó a ser parte de la familia Osorio.

En la actualidad podemos encontrarnos con mobiliario del siglo XVII en perfecto estado de conservación en la antigua habitación de los marqueses. De las paredes cuelgan cuadros de los antepasados de los marqueses o personajes de especial relevancia en la historia de España. También se pueden encontrar escudos de armas, y precisamente uno llama la atención, es el escudo del condado de Cabra, que representa a un rey Boabdil en el momento de su captura. “El conde de Cabra estuvo cuando la caída de Boabdil de la Península Ibérica y por ello se le representa así en el escudo”, explica Paloma de Casanova. No se puede describir con palabras todas las joyas arquitectónicas, de mobiliario o decorativas que se conservan en el Torreón de los Osorio, sin duda alguna lo mejor es verlas por uno mismo.

Siglos de historia
El Torreón todavía conserva unas mazmorras y un pasadizo subterráneo que llega hasta la Laguna Cernea, no se puede visitar por temas de seguridad pero crea un aura de misterio alrededor de toda la construcción. Un antiguo castillo tan grande como una fortaleza y con su propia muralla, para proteger a los peregrinos del Camino de Santiago y las minas de oro de la región. Hoy queda la Torre del Homenaje que, orgullosa, manifiesta ante el mundo que la historia también sucedió en Turienzo de los Caballeros.

Hace algunos años se celebraban en el Torreón representaciones de los caballeros templarios. Se llegó incluso a decir que en algún momento el Santo Grial estuvo oculto en el castillo. Siglos de leyendas y rumores convierten la experiencia de visitar el Torreón de los Osorio en poco menos que inverosímil.
Parte de la literatura española
Calderón de la Barca escribió en 1664 una dedicatoría en la que Astorga y el Torreón de Turienzo de los Caballeros quedaron plasmados para la posteridaden la figura de Antonio-Pedro Álvarez-Osorio Dávila y Álvarez de Toledo, marqués de Astorga. Éste fue mecenas del escritor y en la tercera parte de sus Comedias dejó inmortalizada así, con su obra universal, la ciudad de Astorga y el Castillo, Villa y tierra de Turienzo de los Caballeros, que hoy día se conserva como una de las joyas del Marquesado de Astorga.
La dedicatoria se puede ver en la torre que aún a día de hoy se convierte en residencia estival de los marqueses, que pasan aquí unos días cada verano. Cuando llegan unos turistas despistados, que no van a poder hacer la visita completa, es el propio marqués quien les invita a la sala de abajo y explica algunos de los hechos históricos que forman parte de la región. Se trata de un lugar para ver, no basta con que te lo cuenten.
Fotografías de Pedro González