Tiempos nuevos y problemas viejos

Los mapas del Instituto Geográfico Nacional y su manejo.

 

Los problemas por el aprovechamiento de pastos o leña así como las disputas entre los párrocos por saber que fincas estaban en su parroquia (dezmario), son antiquísimos.

Para cualquier persona aficionada al estudio de la historia y la topografía, (como es mi caso), es una delicia analizar esos conflictos de hace siglos que tenían lugar a menudo a causa del trazado de los deslindes o las líneas que marcaban los límites de cualquier territorio. Bueno una delicia hasta cierto punto porque nuestros antepasados como topógrafos en general eran “mas malos que el sebo”. Se enrollaban con explicaciones largas y tediosas empleando un lenguaje muy ambiguo con el resultado de que aunque para ellos todo quedaba (presumiblemente) bien claro; no lo es en modo alguno para quienes tenemos que analizar esos viejos documentos varios siglos después.

Por todo ello entiendo que en general (siempre hay excepciones) los viejos documentos sobre deslindes entre parroquias u otras entidades locales (los ayuntamientos actuales nacieron hace “dos días”), en general suelen ser de escasa utilidad básicamente porque no suelen tener en cuenta aquel dicho de que “una imagen vale mas que mil palabras”. Nuestros antepasados eran muy reacios a levantar planos o croquis y cuando lo hacían era de modo  muy imperfecto, dadas las necesidades actuales. Por todo ello no fue hasta las primeras décadas del pasado siglo XX cuando aparecen de modo generalizado los primeros trabajos topográficos que aún son de gran utilidad. Se hicieron como es bien sabido por el Instituto Geográfico y Catastral, también llamado Instituto Geográfico y Estadístico (hoy Instituto Geográfico Nacional ó IGN).

BDplano

Lo que aún se conserva es una amplia gama de documentos. Además de los planos diversos hay cuadernos de campo de los topógrafos y actas de deslinde; documentos todos de gran utilidad pero que como toda herramienta de trabajo hay que saber manejar.

Actualmente el aprovechamiento de pastos o leña no suele ser tan importante como hace siglos; pero surgen otros que nuestros antepasados ni siquiera imaginaron, como son (además de la caza) la ubicación de antenas de telecomunicaciones o aerogeneradores. Por tanto los viejos problemas de deslindes surgen de nuevo, como muy saben los técnicos del IGN.

Al contrario que nuestros antepasados disponemos de mapas del terreno cada vez más exactos detallados y sofisticados. El problema es como trasladar la información de los trabajos topográficos realizados hace casi un siglo a nuestros modernos mapas o fotografías (ortofotos), que hacen una labor similar a la de los planos.

Las dificultades que entraña esta labor son varias. En primer lugar hay que considerar que en toda labor de medida del terreno hay siempre un margen de error o indeterminación. Este detalle que parece una tontería tiene una importancia enorme. Los trabajos del IGN de hace muchas décadas contienen una serie de imprecisiones que dada la escala a la que se publicaron los planos son imperceptibles en muchos casos; pero al ampliarlos para trasladar esa información a nuestros modernos, detallados y ampliados planos del terreno se pone de manifiesto. Es algo similar a lo que ocurre si a partir de un mapa de una zona muy extensa queremos hacer un plano de una ciudad reflejada en ese mapa. Al ampliar el mapa se amplía también el diminuto plano de la ciudad; pero al obrar así pronto percibimos que el mapa de la ciudad resultante es de escasa utilidad. Lógicamente si en vez de trabajar  con los planos en si, lo hacemos con su expresión numérica (coordenadas) ese error puesto de manifiesto será como norma menor, pero seguirá persistiendo. Hay que tener en cuenta que el papel se estira y encoge como cualquier otra materia y unos milímetros de este representan a veces mas de 100 metros de terreno. Los planos con deslindes de entidades locales que el IGN elaboró hace muchas décadas están realizados de tal modo que en un milímetro de papel caben 25 o incluso 50 metros. Un error de 5 ó 10 metros sobre los mismos es totalmente imperceptible a simple vista. Si ampliamos un plano de estos además de los propios errores originados por la dilatación del papel o en el proceso de calco, se pondrán de manifiesto los cometidos en la realización del plano original.

Por lo tanto entiendo que replantear sobre el terreno toda la traza de uno de esos deslindes efectuados por el IGN en los años 20 con un error INFERIOR a 5 metros me parece francamente imposible, salvo claro está en los puntos donde se hayan conservado los viejos mojones u otras referencias similares. En estos casos se vuelve a medir y punto. No obstante el problema estriba en que muchos de los mojones y mas aún otros puntos de la traza de los deslindes han desaparecido y hay que saber exactamente donde estaban. 5 metros es afinar mucho la puntería, aunque por 5 metros una antena de telefonía o un aerogenerador pueden queden dentro o fuera de un término. Otra cuestión son los aspectos legales. Si los técnicos competentes y autorizados, dictaminan que un deslinde pasa por un punto dado; pues legalmente así es y punto. En cualquier caso a ciertos efectos (la caza por ejemplo) se pueden tolerar unos márgenes de indeterminación superiores a los 5 metros.

Actualmente es muy sencillo conseguir planos (ortofotos) muy ampliadas del terreno. A escala 1:1000 e incluso 1:500. Un error sobre estos de 5 ó 10 metros se percibe de modo muy evidente. En todo caso con paciencia y haciendo las cosas bien se pueden lograr resultados muy aceptables que lógicamente dependerán en gran medida del número de mojones u otras referencias antiguas similares conservadas sobre el terreno y que podamos identificar en los planos modernos. Cuantas mas se hayan conservado mejor; pues en los tramos en que se hayan perdido no queda mas remedio que calcular el error medio cometido en ese tramo. Esto es una aproximación a la realidad que puede ser aceptable; pero es evidente que tanto los antiguos topógrafos como los actuales en el proceso de medida y en el paso de los antiguos datos a los modernos planos cometen errores que no tiene por qué ser uniformes. En unos puntos del recorrido serán mayores y en otros menores. Aun así estos planos antiguos y otros datos topográficos del IGN, siguen sirviendo de gran ayuda. Como ejemplo adjunto una imagen de uno de esos viejos planos del IGN y una ortofoto moderna. El tramo de deslinde englobado dentro de la elipse roja del viejo plano es el que se presenta replanteado sobre una ortofoto reciente y muy ampliada, tanto que se distinguen en ella las fincas y otras infraestructuras similares.

 

Bembibre 24 de junio de 2.014

Rogelio Meléndez Tercero

 

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