Partiendo de que las encuestas electorales sólo son tendencias y sólo marcan un momento dado, la avalancha de sondeos electorales del pasado fin de semana por tierra, mar y aire es sólo eso, humo. Tendencias y poco más. Por ejemplo, el PSOE marca una tendencia al alza y el PP lo hace a la baja. En ello coinciden todas las encuestas, incluidas las publicadas por medios de comunicación afines al tripartido de la santa alianza, digo, de la derecha. Coinciden también en marcar un crecimiento menos llamativo del esperado en Ciudadanos y un retroceso de Podemos y sus afines. La verdad es que falta mucho para el 28M. Hay que cerrar las listas y, sobre todo, presentar programas.
Las elecciones autonómicas andaluzas de hace uno meses demostraron dos hechos importantes: 1) la última semana de la campaña fue decisiva. Esos últimos siete días se convirtieron en una auténtica Camperona para el PSOE y en una fábrica de votos para VOX. Y 2), la abstención. El PSOE andaluz se enredó –perdón por el verbo- en sus luchas internas y algunos de sus líderes jugaron a fabricar platos fríos de venganza y el resultado fue que se confiaron, no fueron a votar y pasó lo que todo el mundo conoce: el PP, que obtuvo el peor resultado electoral de toda su historia en Andalucía, gobierna hoy en Sevilla, junto a los otros dos partidos de la alianza de los cienmilhijosdesanluis. Así que, ahora en el PSOE se han aplicado el cuento, ha tocado a arrebato y se disponen a movilizar a todo quisqui con tal de no dar la mínima ventaja a la triple alianza. Por eso Sánchez vuelve a subirse al coche de las primarias y a recorrer toda España. Ya veremos
De la confección de las listas leonesas habría que destacar dos despedidas: las del socialista Graciliano Palomo, senador durante los últimos cuatro años; y su compañero de escaño que no de ideología, el popular Luis Aznar. Palomo ha demostrado durante muchos años ser un político de raza, comprometido, trabajador, humilde, serio, riguroso, inteligente y práctico. Socialista de toda la vida, siempre crítico y con personalidad. Coherente.
Luis Aznar es el claro ejemplo de la moldeabilidad y de la capacidad de adaptarse al terreno y a las circunstancias. Yo le conocí a la sombra de Martín Villa en la entonces poderosa UCD leonesa y ha terminado, casi cuarenta años después, que se dice pronto, víctima del fuego amigo procedente de la trinchera derechona de un PP radicalizado, tras atravesar desiertos y oasis esplendorosos de todos los colores ideológicos. Ha sido un gran superviviente sacado del reparto de Lo que el viento se llevó. Ahora le queda escribir su segundo tomo de memorias.
Un último dato. Anoche olía a pólvora mojada en el entorno de VOX. Los tramontanos no acaban de cerrar sus listas por León, después del escándalo que ayer aireara durante todo el día la Cadena SER por su relación con la Fundación Franco. Todo hace indicar que el prestigioso abogado López Arenas se lo está pensando, al igual que el ex rector y ex Fundos, Hermida. No está el horno para cocinar nuevos liderazgos sino todo lo contrario, para salir escaldados. Y, además, ya no tienen edad.