Un ciberdelincuente solo tendría que enviar un GIF malicioso a la víctima a través de la app para acceder a la información del móvil infectado e incluso a su la cámara
Las carpetas, en su mayoría encriptadas, guardan audios que fueron bautizados con nombre con los protagonistas de las conversaciones, por encargado de un tercero al que se las vendía
El fallo permite a los atacantes descargar y ejecutar un código remoto que infecta o toma el control de un equipo si el usuario accede a cualquier página web que los cibercriminales hayan diseñado