Si España ha olvidado su historia militar, la guerra de Sidi Ifni ocupa una posición privilegiada en dicho olvido. Se desarrolló durante los años 1957 y 1958. Costó a España y Marruecos 198 muertos, 574 heridos y 80 desaparecidos. Todo esto se mantuvo muy alejado de la opinión pública por decisión del gobierno del momento. Eran otros tiempos y otra forma de entender la política.
Ifni era un territorio de unos 1700 metros cuadrados situado al sur de Agadir y había sido cedido a España por el tratado de Wad-Ras. Lo cierto es que España nunca le prestó mucha atención hasta que en 1934 el gobierno de la República ordenó su ocupación al coronel Osvaldo Capaz. En medio del secarral que suponía el Sahara y en general la zona del norte de Marruecos bajo gobierno español, Ifni desentonaba por su la suavidad del clima y porque los españoles supieron dotarla de modernidad y vida.
En el año 1957 estaba habitada por unas 50.000 personas. Muy pocos europeos, sólo el 18%, el resto eran nativos de la tribu Ait Baamarán que combatieron junto al general Franco durante al guerra civil.
Todo discurría con relativa tranquilidad hasta que se produjo la independencia de Marruecos en 1956. El sultán del momento, a la sazón Mohamed V y su brazo ejecutor Muley Hassan (quien luego sería Hassan II) intentaron crear lo que ellos denominaron “El gran Marruecos”. Esto tuvo como consecuencia que se enzarzaron en conflictos con España y Argelia.
No debemos olvidar que eran momento de Guerra Fría. Este hecho supuso para España un gran inconveniente porque los Estado Unidos apoyaron decididamente a Marruecos. España estaba aislada y tuvo que combatir sola en esta guerra. Los norteamericanos no suministraron material bélico alguno, ni siquiera repuestos, con lo que los débiles recursos militares españoles de veían fuera de servicio una y otra vez.
Como campaña militar no podemos citar grandes batallas porque no las hubo. Los marroquíes intentaron conquistar Sidi Ifni y fueron rechazados. Consecuencia de ello, se dedicaron a atacar a emplazamientos limítrofes de la zona. Como siempre, los españoles muy inferiores en número, unos 2000 frente a 5000.
Antes de enfrentamientos directos, el conflicto había comenzado a primeros de 1957 con atentados terroristas por parte de los marroquíes. Una bomba mató a un niño e hirió gravemente a su madre. Asesinatos de miembros de origen marroquí de los Tiradores de Ifni o de la Policía Indígena, en fin, como se puede comprobar “todos actos de valentía”.
El primer enfrentamiento abierto se produjo el 16 de agosto cuando una columna española regresaba a la ciudad y fue atacada por tropas enemigas. El resultado fue de cuatro rebeldes muertos y un español herido.
Las crónicas nos narran como los medios militares de los españoles eran literalmente paupérrimos, contaban los cartuchos que disparaban para no gastar inútilmente munición. Cuando volvían de una misión, se pasaban la munición de unos soldados a otros porque la escasez era total.
Se produjeron accidentes mortales por falta de recambios en los aviones. Un avión se estrelló al intentar despegar y otro al aterrizar. Los uniformes también estaban muy deteriorados y el calzado simplemente no se reponía. Bueno, todo esto nos permite hacernos una idea de la situación.
Franco no quería una sangría que le provocase problemas internos o internacionales que surgirían si se entraba en conflicto abierto con Marruecos. Era una idea letal la del general para mantener un conflicto bélico. Consistía en luchar pero sin mucha intensidad para que el conflicto no adquiriera grandes dimensiones.
Afortunadamente el enemigo no era muy solvente militarmente y no consiguió rendir a Sidi Ifni. Los españoles, como siempre, improvisando y con dos… bueno.. ya se entiende…consiguieron romper el cerco de la ciudad y sus alrededores empujando al enemigo hacia Marruecos. No se penetró en el país Alauita porque así nos lo impusieron los Estados Unidos y los franceses.
Finalmente, se firmaron los acuerdos de Angra de Cintra, bahía situada al sur de Villa Cisneros por el que España conservaba Sidi Ifni y el Sahara y entregaba el Cabo Juby. Un mal tratado. No porque supusiera una gran pérdida para España, sino porque le sirvió a Marruecos como precedente para luego montar todo el lío del Sahara.
Una vez más, los valientes españolitos supieron defender escasos de medios y hombres, pero llenos de valor los intereses de su patria de forma eficiente y contundente. Como dice el refrán: “El que tuvo retuvo”.