El servicio de endocrinología: otra necesidad del centro de salud y especialidades de Astorga

 

Cuando nació Daniel todos estuvieron de acuerdo en que parecía un
ángel: rubio de pelo rizado, sonriente… Crecía y todo fue bien hasta
que cumplió 9 años. Empezó entonces a vomitar y a ponerse triste. No
jugaba y adelgazaba a ojos vista. La diabetes hizo su aparición y la
familia sufrió un duro revés. Los viajes a León a urgencias, al
pediatra, al endocrino… una senda de dolor y gasto. La madre tuvo que
dejar su trabajo y para el padre fue un motivo de rabia e incomprensión.
¿Porque mi hijo? La Asociación de Diabéticos de Astorga y Comarca le
ayudó a aceptar la situación y a resolver algunas complicaciones
añadidas.
Hoy Dani es un joven alto y guapo, buen estudiante que porta con
sabiduría y orgullo su Freestyle y su bomba de insulina. Pero ha sido
difícil y caro, dice el padre. Si hubiéramos tenido al endocrino en
Astorga todo habría resultado más fácil.
Porque los endocrinos son los que controlan la endocrinología, esa
parte de la Medicina que estudia las glándulas, sus secreciones internas
y las enfermedades provocadas por un funcionamiento inadecuado, como por
ejemplo en las alteraciones del tiroides y la enfermedad de Cushing [1]
o del páncreas, que da lugar esta última, a una enfermedad dulce como la
miel y falsa como un mal amigo.
Una patología que ya conocieron y trataron los chinos, 200 años
antes de nuestra era y que afecta a 4 de cada 100 personas; responsable
de muchos infartos, cegueras, y muertes prematuras.
Así pues esta especialidad atiende y controla a muchos pacientes y a
diversas dolencias. Y sus especialistas no necesitan ningún instrumento
caro o complejo para su desempeño.
En Astorga y sus comarcas se vive muchos años y el sedentarismo o
una alimentación inadecuada, hacen posible que más de 600 personas
desarrollen la enfermedad diabética; y para revisiones los afectados
tienen que desplazarse al ambulatorio de León a fin de que los revise un
endocrino, quien fácilmente podía pasar esa misma consulta en Astorga.
Lo mismo ocurre con las alteraciones tiroideas, cuando esa glándula
tan importante que se cobija en nuestro cuello, no funciona
adecuadamente o cuando Luisa engorda sin parar a pesar de -como ella
dice-come muy poco. Su obesidad es una patología a veces muy difícil de
tratar.

Y por todo esto, y porque no somos ciudadanos de segunda y tenemos los mismos derechos que los que viven en Leon, creemos que la especialidad de endocrinología es una dotación necesaria para el centro de especialidades de Astorga, permitiendo una mayor accesibilidad a todos los pacientes, los de Astorga y los de las comarcas, muchos de ellos necesitados de un control más exhaustivo de su patología diabética, hipertiroidea, de obesidad, de osteoporosis, etc.

También es necesario porque permitirá un ahorro económico para los usuarios y una pérdida menor de días de trabajo para los familiares, y no supone un gasto para el sistema sanitario pues el mismo endocrino de referencia que está en León, se puede desplazar a nuestra ciudad. Tenemos un centro magnífico que costó a todos los leoneses y castellanos más de ocho millones de euros. Exijamos entre todos que funcione a pleno rendimiento.

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