Ser padre animalista

Por Tomás Vega Moralejo

Soy padre desde hace unas semanas.
Hay quien me decía que con mi hija me daría cuenta de que los animales
“son solo animales” y pasaría más de mis perros por ejemplo… y ya
sospechaba yo que cambiarían ciertas cosas y os lo confieso: ADORO A MI
HIJA, pero EL AMOR ES INFINITO Y NO SE DIVIDE, no es algo que haya que
repartir. Solo cambia la distribución del tiempo.
Quiero a mis perros tanto como antes, y en cuanto a los demás animales
tener una hija y ver lo que se quiere a un hijo y la necesidad que tiene
ella sobre todo de su madre, me reafirma en respetar a las demás madres
y los demás bebés… por extensión como mínimo a los demás
mamíferos.
Así que lo que digo yo es que: sean más empátic@s. El Cordero y esos
otros animales a los que sometemos a vidas miserables y separamos de sus
familias para usarlos, también merecen vivir sus vidas.

En realidad es una cuestión sencilla, aunque de momento cuesta admitir
el especismo… como costó en su día admitir derechos de otras
personas.

Estamos a las puertas de un salto de nivel que es que la sociedad se
persuada del sentimiento y sufrimiento de otros animales y por
consiguiente los trate de forma ética.

Hay quien se resiste, porque siempre hay quien se beneficia de la
explotación de otros, pero la línea de evolución de la sociedad está
trazada. Abracémosla cuanto antes.

 

 

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