No voy a hablar de las de humo, aunque muchas veces algún que otro senderista se habrá acordado de ellas, perdido en mitad del monte, de recorrido por una de las numerosas y maravillosas sendas turísticas del Bierzo. Rutas, caminos, trayectos botánicos, excursiones a pie, bicicleta, caballo. Todas son iniciativas que han visto incrementar la demanda de viajeros en los últimos años, atraídos por el exuberante potencial de nuestra tierra. Y hablo de forma especial, del turismo de naturaleza. ¡El Bierzo tiene tanto que ofrecer y lo está haciendo de forma tan limitada!.
Limitada, porque muchos rincones de extraordinario valor se mantienen casi aletargados custodiando su propia belleza, porque no se emplean los recursos públicos necesarios, para poder llegar hasta ellos. Y hablo de las señalizaciones. Las que sirven de guía a los usuarios para llegar a cualquier lugar. Este mismo fin de semana visitando el Hayedo de Busmayor, auténtico bosque encantado del Bierzo donde los haya, pudimos comprobarlo. Hay paneles indicativos al comienzo de la ruta, donde en un mapa se marcan los lugares de parada obligada: la Cueva de la raposa, la Vieja central, las extraordinarias cascadas como la Frevencia do Beiro, la Piedra de los poetas…. Un maravilloso ecosistema al que solo le falta una señalización en condiciones, monte arriba, entre alfombras de hojas secas, hayedos, avellanos, robles y abedules y donde sólo algunas flechas pintadas, a mano, con pintura llamativa, en los propios troncos de los árboles son la única guía del recorrido.
Y no es el Hayedo de Busmayor de los de mayor carencia de señales, porque alguna hay, pero sí un ejemplo extensible a otras muchas zonas del Bierzo, donde la falta de dinero para invertir en una buena señalización dejó al Consejo Comarcal y su patronato de turismo, con las ganas hace un año. Un ambicioso plan de señalización turística con una inversión de 900.000 euros de la Unión Europea, para proyectos no productivos, que ya se había agotado. No llegamos a tiempo. Ya nos podíamos haber dado más prisa, que siempre nos comen la merienda otros territorios. Se trataba de un plan muy importante en colaboración con la Fundación Ciudad de la Energía que cuando aterrizó en el Bierzo a bombo y platillo, tenía en el turismo una de sus apuestas más claras. Pero la Fundación Ciudad de la Energía enmudeció después de una mirada circular de la que quedan algunos recuerdos corroídos por el paso del tiempo en forma de paneles… por lo que pudo haber sido y no fue…, y así seguimos, sin saber si alguna vez volverá a resurgir como el Ave Fénix de sus propias cenizas. ¡Qué bien nos habría ido, si se hubiera llegado a realizar esa inversión, ese ambicioso plan de señalización turística, integral para este sector en el Bierzo!.
Nunca es tarde, y este es un buen momento para recordárselo a las administraciones públicas, y en cabeza de ellas la consejería de Turismo de la Junta de Castilla y León, que bien podría provincializar (que así de feo lo llaman ellos) una partida concreta en sus presupuestos del próximo año, para la señalización integral de las rutas culturales, arqueológicas, naturales e históricas del Bierzo, una tierra de paso, para el que pase, sepa, por donde se encamina. Ni que decir tiene, lo bien que vendría para que se revitalizasen los pueblos del entorno, que son los que guardan aunque sin posibilidades el mejor turismo, del que se puede presumir en la comarca del Bierzo.
¡Hay tanto que ver, tanto por descubrir!: Valle del Silencio, Sierra de Gistredo, Cascadas de Oencia, Barrancas de Santaya, Lago Somido, Médulas, Barrancas de Santaya, Valle del Seo, Ancares, fuentes de Noceda, mirador de la Gualta, del alto de Congosto, Sierra de Gistredo, Cascadas de Oencia, Balboa, Alto Sil, Camino de Santiago, Castros de la Ventosa, de Chano, Canales Romanos, Museos del Bierzo…, ¡tantos lugares, tantos ejemplos de esta Esencia del Noroeste, como dice el eslogan del Consejo Comarcal, que es el Bierzo.