No recordaba ya, ver bascular un camión cargado de antracita, para llenar las carboneras de las casas del Bierzo. Porque lo que hoy son trasteros y bodegas, antes eran carboneras y así se les llamaba porque se llenaban de carbón para calentar esta parte del planeta. Ahora carboneras quedan muy pocas. Hacía mucho que no lo veía y esta misma semana tuve ocasión de fotografiarlo, en plena avenida de la puebla, y fue algo grandioso.
La instantánea y el pie de foto que coloqué decía sencillamente: “qué pocas descargas como éstas se ven ya en el Bierzo. Antracita en estado puro”. Y desde que lo subimos a la nube de Onda Bierzo en Internet, las respuestas fueron casi instantáneas y espontáneas. Los trinos llegaban cada poco en forma de guiño, en señal de respaldo, de muchos bercianos y lacianiegos que todavía recuerdan cuando en la mayoría de las viviendas se quemaba carbón, para combatir los rigores del invierno.
La escena que fotografié, se producía en plena Avenida de la Puebla, el remolque del camión procedente de Fabero, hacía resbalar las piedras de brillante negro, hasta un carretillo y de ahí a un barreño, que el más fuerte de los que pujaban, llevaba a cuestas en el hombro, también como en los buenos tiempos. Tiempos que fueron buenos para el carbón, y que hoy traigo con morriña a esta semana en la que resuena grande el nombre de Santa Bárbara.
Al momento de colgar en el twitter la fotografía, un seguidor nos hacía llegar un vídeo titulado “Navidad en la Mina”, elaborado por Filmoteca Española de Televisión Española.
Lo podrán encontrar en youtube, seguro. Se trata de un documental tipo NO-DO, que muestra con imágenes en blanco y negro el trabajo en la que fue mina Adonina, en Torre del Bierzo, donde los trabajadores instalaban hace muchos años, un portal de belén .
La voz en off del reportaje, que recuerda a la de Matias Prats de adolescente, describe el trabajo de la mina, con esa redacción pomposa, histórica y de posturno televisivo a la que nos tenía acostumbrada el NODO. Nos describía así:
“El Bierzo, la comarca montañosa de León, oculta tras su bello paisaje verde, la inagotable riqueza de sus yacimientos carboníferos. Por eso no es de extrañar que continuamente aflore a la superficie el preciado mineral negro. Torre del Bierzo, es una de las localidades de mayor actividad de la cuenca minera. A primeras horas de la mañana, los mineros congregados ante la mina, van encendiendo sus lámparas, en el momento en que se disponen a iniciar su trabajo.
La boca de la mina forma un pequeño túnel por donde los mineros van penetrando. En ella está la indecisa frontera que separa la luz del día de las tinieblas. Hacia las entrañas de la tierra, se encaminan por la galería adelante estos hombres portadores cada uno de su luz imperecedera. Y en el interior donde siempre es de noche, perforan con sus luminarias la oscuridad. Ya en el tajo arrancan trozo a trozo la antracita de la tierra, haciendo temblar las paredes. En la mina “La Adonina” de Torre del Bierzo, los mineros han hecho una pausa en su trabajo y en una oquedad de la galería a 2.000 metros de la boca de la mina, han instalado un nacimiento. Las figuras de barro expresaban con bella rudeza el misterio de la navidad. Y aquí donde la noche es eterna, ha brillado con fulgor propio la Estrella de Belén.
Así nos describía este trabajo titulado Navidad en la mina, que me ha parecido muy conveniente recordar en esta semana, y que terminaba con un cántico, frente a ese nacimiento de los mineros con esta letra:…… Hasta el portal de Belén han llegado los mineros y al niño Jesús le ofrecen carbón para encender fuego. En el fondo de la mina hemos puesto el nacimiento para pedirle al dios niño que nos libre de costeros… ¡Santa Bárbara Bendita, tranlarán larán tranlarán…