Salud

Sanidad chequea la prescripción de antibióticos ante el repunte de resistencias en infecciones respiratorias de mayores y niños

Se trata de uno de los problemas de salud pública más apremiantes, hasta el punto de que en 2050 provocará más muertes que el cáncer
Expedición de medicamentos con receta en una farmacia. / Miriam Chacón – ICAL

S. Calleja La Consejería de Sanidad ha decidido dar batalla al repunte de resistencias a los antibióticos tanto en mayores como en niños, un problema global y de alcance que, según los datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, provoca cada año unas 25.000 muertes en toda Europa. Es más, se estima que en el umbral de 2050 morirán hasta diez millones de personas en todo el mundo por falta de tratamiento alternativo, cifras que superarán a las del cáncer.

Ante el problema de que se asiste a una era en la que no se están desarrollando nuevos tratamientos antibióticos y los que existen empiezan a arrojar niveles crecientes de resistencia, la Red Centinela Sanitaria de Castilla y León se encuentra inmersa en un estudio centrado en Atención Primaria que permitirá contar con un sistema de información microbiológica para recoger información de los de gérmenes y sus resistencias. Monitorizado el consumo de antibióticos, también se conocerán las patologías asociadas y dónde y en qué niveles se da esta situación. Después, con los datos, el siguiente paso será actuar.

El estudio, que ha comenzado a desarrollarse este 2016 y se prolongará en 2017, se centra en el primer nivel asistencial, teniendo en cuenta que el 90 por ciento del consumo de antibióticos se produce fuera del ámbito hospitalario, es decir, se prescribe en las consultas de Medicina de Familia. “Estamos viendo que hay bastantes cambios de principio activo para una misma enfermedad, sobre todo en personas mayores con procesos respiratorios, donde existe con frecuencia cambio de antibiótico posiblemente por resistencia o por falta de efectividad, y también en la edad pediátrica, en especial en infecciones urinarias y espiratorias altas”, explica a Ical el responsable de la Red Centinela, Tomás Vega.

“Los registros nos dicen que en un espacio corto, entre la primera y la segunda prescripción existe un cambio de antibiótico. Puede ser por la aparición de efectos secundarios, por el precio del medicamento, pero sabemos que en un porcentaje importante, que es lo que vamos a medir, es por falta de efectividad del antibiótico”, insiste, para precisar que es una realidad patente.

Estrategia integral

Cuando concluya el trabajo, Castilla y León tendrá “la visión general” de una situación que no conoce fronteras y que es global. De hecho, esta investigación epidemiológica responde a diversas directrices europeas que derivaron en la creación de un plan nacional estratégico y de acción para reducir el riesgo de selección y diseminación de la resistencia a los antibióticos, que abarca tanto la medicina humana como la veterinaria, y que expira en 2018.

La estrategia es global e involucra a la sociedad en su conjunto desde a los pacientes, hasta los ganaderos, pasando por instituciones, universidades, sociedades científicas, organizaciones colegiales, médicos de atención primaria y hospitalaria, veterinarios clínicos, farmacéuticos, profesionales de enfermería y todos los actores involucrados en la asistencia sanitaria y el uso racional de medicamentos. También, involucra a investigadores y empresas farmacéuticas para que se esfuercen en el desarrollo de nuevos antibióticos o alternativas.

Medora

Para recopilar los datos y tener una visión real de la situación, la Red Centinela se apoyará en el sistema informático de gestión y prescripción de Atención Primaria Medora, en el que reside toda la información clínica de los pacientes y que garantiza mantener la confidencialidad de los datos clínicos. Será uno de los primeros intentos de usar la herramienta en investigación epidemiológica.

En estos momentos, ya existe un grupo de trabajo compartido entre profesionales de Salud Pública y la Gerencia Regional de Salud que será el encargado de hacer el diagnóstico de situación para racionalizar y mejorar las actuaciones sanitarias en Castilla y León, tomando como referencia también experiencias previas que se han desarrollado en el ámbito hospitalario de Sacyl.

Experiencias en hospitales

En algunos hospitales de la Comunidad se trabaja ya con los programas de resistencia de optimización del uso de antimicrobianos , denominados PROA, como es el caso de los hospitales de León y Salamanca. En Burgos y Segovia también existen ejemplos, precisa el jefe de Servicio del Observatorio de Salud Pública, Rufino Álamo, quien indica que estos centros están siendo “la mancha de aceite para que el modelo se extienda” a otros y en el futuro, a Atención Primaria.

Los PROA se asientan en un grupo de trabajo multidisciplinar, integrado por un profesional de Medicina Interna, un farmacólogo y un microbiólogo, que son el grupo base, junto a un preventivista y otros profesionales como los que trabajan en la UCI. Su trabajo reside en mejorar los resultados clínicos de los pacientes con infecciones; reducir efectos adversos ligados al uso de antibióticos y garantizar el coste-eficiencia. Para ello, valoran la oportunidad de un tratamiento con un antibiótico o lo cambian por otro más adecuado. Sus estrategias parten de utilizar siempre los más básicos; ajustar los tratamientos a períodos indicados cada vez más cortos, y todo basado en la epidemiología local.   

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