El cielo acompañó esta mañana la salida de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Tras tres días en los que la ciudad no ha podido disfrutar de las procesiones, este Viernes Santo la lluvia ha respetado y ha permitido celebrar uno de los momentos más representativos de la Semana Santa de Astorga.
El primer paso en llegar a la plaza Mayor fue el de Lágrimas de San Pedro que data de 1853. A continuación, la Flagelación de Cristo, la Coronación de Espinas, el de Pilatos Presenta a Jesús al Pueblo y el Enclavamiento que mostraron los momentos de la Pasión ante la inminente llegada de la talla de 1815 Camino del Calvario, Jesús Nazareno.
San Juan Evangelista corrió como cada año por la plaza de España para avisar a la Virgen María de que su hijo llegaba. Los espectadores aplaudían ante este acto que caracteriza la Semana Santa astorgana. Poco después se produjo el emotivo encuentro entre la Virgen Dolorosa y su hijo que emocionaron al público que vio como los braceros y braceras levantaron los pasos para madre e hijo casi pudieran tocarse.
Ante el retroceso de la Virgen llegó el paso de La Verónica para enjugar las lágrimas del Nazareno, cuyo rostro quedará para la posteridad en el pañuelo que porta esta talla del siglo XVII.
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