La semana pasada analizábamos la progresiva imagen ascendente del alcalde de León, Antonio Silván, y sus múltiples actos, galones y meritoriaje en esto de la posible sucesión de Juan Vicente Herrera.
Si bien, no es menos cierto que otro posible candidato, que no ha escondido sus intenciones en alguna que otra ocasión porque él no es de los de arrugarse, es el actual alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco. El que fue consejero de Presidencia en los primeros tiempos «herrerianos» mostraba una imagen fresca y juvenil en la Junta. Su trabajo también tuvo la recompensa, confianza y carga, que también implica trabajo, de secretario general regional del Partido Popular. Era, al menos orgánicamente, durante un tiempo el número dos de Castilla y León en la versión política de centroderecha.
Fueron años dulces y de mucha tarea. Más tarde surgió una coordinadora regional que venía a confundir un tanto los roles del presidente «para abajo» en el organigrama del partido. En aquellos tiempos, la presidenta Isabel Carrasco de León, Tomás Villanueva en Valladolid y varios líderes más parecían conformar un grupo interno dispuesto a preparar el relevo de Herrera cuando éste se produjera. Las cuentas nunca estuvieron claras. Unas veces se hablaba de cinco provincias, otras de cuatro…
Conociendo como creemos conocer a Juan Vicente, no debía de gustarle nada esas filtraciones de reuniones más o menos secretas, más o menos filtradas a propósito a lo largo y ancho de la Comunidad. La sangre nunca llegó al río.
Alfonso Fernández Mañueco es un gran alcalde de Salamanca, tiene peso en Génova y es bien visto por el entorno de los nuevos jóvenes que rodean a Mariano Rajoy. Esto es, mientras que Silván es un animal mediático, con perdón, Mañueco es un hombre de peso en la fontanería interna regional y nacional.
Insistimos en apuntar al palentino Carlos Fernández Carriedo. Ya diremos por qué.
Para ABC