Vecinos de Sahagún y de toda la comarca se concentraron este mediodía en la plaza Mayor de la localidad para reclamar la continuidad de los servicios ferroviarios en el municipio. Así se decidió después de que hace unas semanas Adif y Renfe comunicaran su intención de suprimir la venta de billetes en ventanilla tanto en la estación de Sahagún como en la de Astorga, una decisión que quedó cancelada unos días más tarde, y que a juicio de los manifestantes convertiría a ambas estaciones en “meros apeaderos”.
Los manifestantes recorrieron algunas de las principales calles de Sahagún para pedir “basta ya” y exigir a Adif y Renfe Operadora, así como al Ministerio de Fomento “no más globos sonda, no más amenazas, no más recortes y no más supresiones”. En el comunicado que se leyó ante los asistentes se lamentó que se prioricen los argumentos económicos ya que “por encima están las personas, la equidad y el equilibrio territorial” que supone un servicio público por cuyo mantenimiento tienen que velar las administraciones.
El edil de Sahagún compara su comarca con la de Astorga
El alcalde de Sahagún, Lisandro García de la Viuda, que fue el encargado de la lectura del manifiesto, explicó que la comarca de Sahagún, al igual que la de Astorga, está siendo “excluida de la malla ferroviaria” al carecer de frecuencias suficientes para atender la relación demandada con las ciudades de León, Palencia y Valladolid “tanto en horarios compatibles con una jornada laboral o docente como en horarios aptos para acceder a los servicios básicos”.
También se puso de relieve la “enorme importancia cultural y turística del Camino de Santiago” que pasa por ambas comarcas leonesas y que constituye un lugar de elección para los peregrinos, que tienen el tren como el punto favorito de llegada a estas localidades. Pero es que la reciente llegada de la Alta Velocidad a Palencia y León no ha servido para “potenciar” el efecto vertebrador del ferrocarril en estas comarcas, sino que está consiguiendo “el efecto contrario”.
De hecho, García de la Viuda estimó que el tren se está convirtiendo en un transporte “selectivo” que se encuentra “al servicio exclusivo de las necesidades de sectores reducidos y elitistas” y que no está atendiendo a su función social, privando de comunicación al medio rural. Igualmente, la alta velocidad ha servido para consumar “una desastrosa política integradora y discriminatoria” para los habitantes de los pueblos. “Estamos a favor de la alta velocidad, pero para poder utilizarla en igualdad de condiciones al resto de ciudadanos y no solo para verla pasar por nuestro territorio mientras nos quitan trenes, paradas y estaciones”.