Sergio González. La perrera municipal de Astorga vuelve a sufrir el robo de uno de sus perros, acaedido el pasado miércoles, y ya van cuatro animales en lo que va de año. Mora ha sido la última perra sutraída de este centro integral de acogida y, junto con ella, los ladrones se llevaron dos casetas caninas. Todo ello, después de agujerear la valla de seguridad, que fue reparada el mismo día del robo.
, ya que las imágenes registradas son demasiado oscuras. A pesar de la reciente inversión, en el pasado mes de julio, de 1.110 euros en este elemento de seguridad, las medidas tomadas por el gobierno municipal no han conseguido por el momento proteger a los animales, según destaca el voluntariado del refugio. Los voluntarios ponen de relieve que las instalaciones cuentan con una cámara aunque el cuerpo de seguridad local recomendará que se colocaran tres, “y a ello se une que la posición del dispositivo de filmación, es incorrecto y tiene una calidad nocturna cuestionable”, según las mismas fuentes.
Hace ya unos meses habían robado tres perros en el mismo lugar, en la carretera Nistal. Según apuntó el voluntariado, los perros sustraídos en aquel entonces, al estar castrados probablemente no servían para la cría, por lo que el destino podría ser la caza. Los perros ya habían intentado ser robados en una anterior ocasión, accediendo los asaltadores hasta el patio de la perrera, durante la noche, creando un agujero en la valla exterior que protege el recinto. Ya en el año 2003 varios perros de razas fuertes fueron robados de sus instalaciones, en este caso, supuestamente para ser usados como sparrings en peleas de perros.
Después de que los hechos del robo de Mora ya hayan sido denunciados y de que las autoridades competentes terminen de revisar las grabaciones, queda esperar que de mañana al lunes próximo se presente el correspondiente atestado al Juzgado, trasladando así el asunto al organismo judicial. En este lapsus de tiempo, la Policía de Astorga seguirá con una investigación que continúa sin encontrar un móvil razonable que explique el por qué de los robos y quienes son sus autores. Y es que se trata de animales sin pedigrí que tampoco son aptos para las peleas. En el caso concreto de Mora, se trata de una “es una perra mestiza sin pedigrí que tenía, hasta el momento de su desaparición, ocho años” apuntaron fuentes policiales y del grupo de voluntarios del centro de acogida de animales. Debido a estas características, nadie parece comprender que interés puede haber detrás de estos robos.

Acumulación de desapariciones de perros en la zona que va de Astorga hasta La Bañeza
A los robos acontecidos en la perrera de Astorga, se unen numerosos casos que han tenido lugar en toda la zona y han llegado, por lo menos, hasta el territorio bañezano. Esta acumulación de robos parece vislumbrar la posibilidad de que circule un grupo organizado, cuya finalidad sería hacerse con perros de caza sin pasar por los pertinentes trámites administrativos. El caso del Mora deja pistas sobre la imposibilidad de que los casos del refugio astorgano estén aislados unos respecto de otros. La usurpación de varias casetas deja entrever que los ladrones de Mora, o bien tienen más perros en sus manos, o bien piensan secuestrar más en un futuro próximo. De esta forma, parece que todos los casos de desapariciones y robos ocurridos en este último año guardan una relación directa y que la línea de investigación policial y judicial tendría que apuntar en una misma dirección y estudiar todos los casos en su conjunto.
La hipótesis más probable es la de que exista un estraperlo de perros de caza. Los usurpadores de perros perseguirían, por lo tanto, una remuneración económica obtenida al margen de la ley y por lo cual, dejar el rastro de sus actuaciones, les estropearía el negocio. Los perros robados pueden estar participando en peleas ilegales o estar siendo usados para la caza de forma irregular. Según apunta la Policía Local y los voluntarios de la perrera “es conocida la existencia en toda la zona de este tipo de peleas” y en el área de La Bañeza se mueven mercados ilegales de perros de caza.

La ley debe caer con todo su peso a los que abusan animales, ya sea para peleas o trabajos.