Roberto Fresco expone la “urgente necesidad” de “actualizar” la entrañas del órgano de Astorga

El organista titular de la Almudena de Madrid impartió este viernes una conferencia en el Seminario de Astorga sobre la trayectoria del órgano y en particular del instrumento de la Catedral asturicense
Roberto Fresco durante su ponencia en el Seminario. / CCU

Bajo el título Un órgano para la Catedral asturicense, el concertista Roberto Fresco ofreció este viernes 9 de febrero una charla en la sal de audiovisuales del Seminario de Astorga, organizada por la Asociación de Amigos de la Catedral. En ella, el ponente astorgano expuso la “urgente necesidad” que tiene el órgano del templo mayor de la ciudad bimilenaria de “actualizar” sus entrañas.

Roberto Freso ha viajado como concertista prácticamente por toda la geografía mundial y tiene en su currículo una extensa labor docente en conservatorios y centros de enseñanza musical de las comunidades de Castilla y León y Madrid. La presidenta de la Asociación, Elianés Fernández, agradeció la presencia de Fresco en Astoga, así como la “desinteresada colaboración que desde hace más de dos lustros presta a la Asociación en apoyo del ciclo ‘Música en la Catedral’, tarea inestimable que es garantía de la alta calidad de los conciertos”.

Tras una introducción en la que resaltó la importancia que el órgano ha tenido a lo largo de más de siete siglos en la música de las iglesias y particularmente en las catedrales, Roberto Fresco pasó a explicar de forma asequible el complejo funcionamiento de este “instrumento de personalidad acusada” desde el cual puede darse la impresión de que “se maneja toda una orquesta”. Los asistentes, entre los que se encontraban representantes eclesiásticos y las concejalas de Música y Cultura, tuvieron ocasión de conocer con detalle las características y evolución del órgano en la Península Ibérica, destacando como particularidades del mismo el teclado partido, la caja de ecos y la lengüetería de batalla.

Algunos datan la música de órgano en la Catedral de Astorga desde el siglo XIV, pero este dato no se ha constatado con certeza. No obstante, a mediados del siglo XVI se efectuó el arreglo de un órgano existente entonces, pero poco se sabe de los distintos órganos e intervenciones en los mismos que pudo haber en el templo mayor debido a la destrucción del archivo catedralicio durante la Guerra de la Independencia. A pesar de este silencio documental, el ponente hizo un recorrido por las probables actuaciones realizadas basándose en documentos de otras catedrales como la de Palencia, donde figuran datos de contrataciones a organeros como Echevarría o Juan Francisco de Toledo en la segunda mitad del siglo XVIII.

Ya avanzado el siglo XIX es Juan de Amezúa, posiblemente con la colaboración de su hijo Aquilino, quien reforma y amplía el órgano clásico en uso en aquel momento, combinando la tradición ibérica con las tendencias románticas de la época. Este órgano, con pocas intervenciones y sólo el mantenimiento esencial, funcionó hasta que en 1982, debido a las deficiencias que tras tantos años presentaba el instrumento, se aborda la necesaria restauración del mismo realizada por Federico Acitores con la asesoría técnica del Maestro Gabriel Blancafort.

Finalmente, Roberto Fresco expuso la “urgente necesidad” que en la actualidad tiene el órgano de la Catedral de “actualizar sus entrañas” después de 35 años, con una intervención que ayude a contrarrestar la humedad y la dureza de sus registros, animando a la Asociación de Amigos de la Catedral a seguir impulsando dicho proyecto ante las instituciones implicadas, a pesar de las dificultades económicas que ello conlleva.

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