Hasta hace unos días, me encontraba en Madrid. Desde que se iniciaron los primeros casos a principios de marzo rehusé volver a mi casa para evitar propagar el virus. Con la finalización de mis exámenes en la Universidad y la posibilidad de realizar teletrabajo hasta septiembre accedí a volver a casa tras tres largos meses, siempre con las pertinentes precauciones y guardando unos días de semi-cuarentena. Sé que otras personas han tenido que venir antes porque no tenían alternativa habitacional con el inicio del Estado de Alarma y, también, que muchas de ellas aún no han podido volver. De aquí nace mi reflexión, sólo, y únicamente sólo, con el esfuerzo de todos conseguiremos que esta situación sea más corta. La responsabilidad que tenemos no nos queda grande, pero tenemos que ser conscientes de que tenemos que cumplir con ella. Sabemos que este virus no distingue y que ataca a todos. De aquí nace nuestro deber de responsabilidad. De responsabilidad para evitar que una persona con la que convivimos resulte contagiada porque entre otras dos, en un encuentro, no tuvieron en cuenta las medidas de seguridad.En mi caso, volver de Madrid, una de las zonas más afectadas por esta pandemia, a Ponferrada ha provocado en mí una situación de sorpresa. En el sentido de ver la relajación que tenemos hacia esta situación y que parezca casi que no nos va a afectar.Entiendo que es difícil adaptarse a esta nueva situación, incluso que, muchas veces, intentamos tomar todas las medidas de higiene y prevención pero, por rutina, se nos olvida algo. Entiendo que El Bierzo no ha recibido el golpe de la pandemia tan fuerte como Madrid, pero si no cumplimos podría llegar a recibirlo.Tenemos que ser conscientes de la situación a la que nos enfrentamos y, no me cansaré de repetirlo, responsables. Responsabilidad no significa disfrutar de un paseo, salir a comprar o no tomarse un café con una persona que hacía meses que no veías. Responsabilidad significa tener la mascarilla puesta, salvo cuando sea imposible, lavarse las manos con frecuencia y, cuando estemos en la calle, guardar las distancias de seguridad y tener a mano un bote de gel para limpiarnos las manos con frecuencia.
Hace unos días, Ponferrada ocupaba titulares en la prensa por ser la primera ciudad de Castilla y León en pasar a Fase 1.¿Nos lo merecemos? Personalmente, creo que sí. Pero también hemos de ser responsables con la situación, dar ejemplo y demostrar que nos lo merecíamos y respeto, por todas esas personas que ya no están y por las que podemos evitar que se vayan lavándonos las manos y manteniendo la distancia social.Recuerda, no es por ti, es por todos.
Rubén Rubián Villamarín