Renovarse o morir

Desde que en 2007 estallara una crisis que se ha llevado por delante la tranquilidad y la felicidad de muchas familias en todo el país, los ciudadanos han vuelto su mirada hacia los políticos pidiendo que ejercieran la responsabilidad que se les había encomendado y remaran para sostener un modo de vida que estaba en peligro, pero cuando los habitantes del país observaron a los partidos políticos encontraron en muchos casos a una clase gobernante acomodada y apática, cuando no irresponsable.

Sí. La gente miró a sus representantes y encontró a un grupo de personas que disfrutaban de sus privilegios con el convencimiento de que eran un derecho natural, cuando no un medio para enriquecerse. El enfado de la población no sólo era justificado sino necesario.

La respuesta del PSOE ha sido la renovación, desde su secretario general hasta las agrupaciones locales. Es evidente para cualquiera que este no es un proceso fácil pues requiere encontrar un grupo de personas que mejoren a aquellas que desde la transición han contribuido a mejorar la vida de todos los españoles. La sanidad universal, las pensiones, el seguro de desempleo y la ley de dependencia son logros que los socialistas podemos reivindicar como nuestros y de los que todas las personas que han sido votantes socialistas son partícipes. Pero por brillantes que hayan sido los logros del pasado el partido socialista no puede caer en la inmovilidad, aún a riesgo de irritar a los que tan bien han trabajado para la ciudadanía desde el partido y para los que no tenemos sino agradecimiento los que llegamos ahora y a los que escucharemos con respeto si, con humildad, respeto y juicio, ponen su experiencia al servicio de todos.

El PSOE de Astorga inició su renovación hace cuatro años cuando el ex-alcalde Alonso Perandones decidió no presentarse a la reelección y cedió el testigo a Victorina Alonso. Para la próxima cita electoral Victorina Alonso ha completado la renovación, con un equipo que no sólo aúna experiencia y juventud, sino que presenta un perfil técnico y humano sobresaliente y con unas profundas raíces en esta tierra. El Partido Socialista ha realizado la renovación que la sociedad le ha pedido, no sólo en Astorga sino en todo el país. Es tiempo de una nueva política, de renovar la forma de hacer las cosas, de integrar lo local con lo provincial, lo autonómico, lo estatal y lo europeo. No podemos extasiarnos en la contemplación de nuestra propia historia ni quedarnos mezquinamente atrapados en nuestro pequeño reducto. La ciudadanía demandaba un cambio. Aunque haya costado, el PSOE lo ha realizado. Ahora, los habitantes de Astorga decidirán a quién otorgan su confianza pues en ellos reside la soberanía. ¡Vamos Astorga!