Otra de las “veteranas” de la ciudad es la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Soledad. Hábitos negros, como los mantos de los dominicos de quienes descienden. Laboriosos como los monjes, aun a día de hoy los hermanos de Puerta de Rey” trabajan como “hormiguitas” para recuperar el patrimonio que La Guerra de Independencia les robó.
Entre la tradición castellana y el estilo andaluz
Entrar en el Cabildo de la Cofradía del Nazareno y Soledad es toda una experiencia. Algunos incluso podrían sufrir el síndrome de Stendhal. Hay tanta belleza en su interior que abruma. Tronos brillantes de largos varales negros rematados en plata repujada. La labor de orfebrería es simplemente perfecta.
La renovación de todos lo tronos dura ya veinte años, y aún queda la talla de “La Verónica” por lucir nuevo asiento. “Esperemos que para el año que viene la podamos tener lista” comenta Javier Blanco, Juez Presidente de la Cofradía, y quien nos atiende en nuestra visita.
Ahora mismo -continúa- trabajamos como hormiguitas. Ahorrando y gastando en el largo proyecto de renovación de todos los tronos. La idea de cambiar los antiguos por los que se lucen actualmente surge de la necesidad y de la casualidad. La primera era la necesidad de renovar todas las andas simplemente por obsolescencia. “Se habían quedado viejos y eran de ebanistería, sin tallar…”. La casualidad vino dada allá por el año 97 cundo la banda de la Cofradía portaba un guion con el mástil de madera. “Cuando íbamos a certámenes veíamos bastones y varas repujadas en Plata que nos gustaron, preguntamos y aquello se hacía en Sevilla”. De esta manera toman contacto con un primer taller de orfebrería con el que la cofradía no acaba de sentirse satisfecha.
En Campo de Criptana, durante un certamen Nacional, se hizo relación con el director de la banda de la localidad. Ellos llevaban un hermoso guion que gustó mucho a la directiva de la Cofradía. Les recomendaron el taller de un orfebre cercano y a los quince días el presidente de la hermandad y Javier Blanco (por entonces secretario) se plantaron a las puertas de dicho taller.
“Cuando entramos en aquel taller nos quedamos helados”. La belleza de las obras del orfebre enamoraron a primera vista a la directiva. Se tradujo lo visto al seno de la Cofradía y comenzaron los primeros encargos.
“El trono del Nazareno, nos lo quiso comprar una Cofradía de Toledo, ¡a quince días de la Semana Santa!”. Mucho más dinero del que la cofradía pagó le ofrecían cuando vieron la obra que se llevaban para Astorga.
“Nos gusta la Semana Santa andaluza, pero bien entendida, y manteniendo la rectitud y seriedad de nuestra tradición más castellana”, “seguimos esos modelos, pero son sólo un aire, se alejan bastante del barroquismo que se puede ver en Sevilla”.
La última talla que estrenó trono fue la Dolorosa. Rematado en Plata repujada y Carey. “Con la renovación de la Verónica cerraremos el ciclo de los tronos”.
Si no fuese por las aportaciones de los casi 500 braceros sería imposible haber iniciado y casi acabado este ciclo de cambio. Aún con 1300 cofrades, y con una cuota anual de tan sólo 6 euros, es casi increíble creer cómo trabaja esta cofradía día a día por mejorar su patrimonio.
Una guerra que no pudo con los “nazarenos”
La historia de la Cofradía se documenta por primera vez en 1674. Se conserva un libro de ordenanzas fechado a 28 de Enero donde se cita la fundación de dicha hermandad con un número de 33 cofrades y se especifica el itinerario que debía seguir la procesión “Camino del Calvario”, hoy llamada del “Encuentro”.
Se cree que para aquellas fechas contasen con todo un repertorio de imágenes que ilustrasen todas las estaciones del Vía Crucis.
“Era una cofradía de mucho poder, es plausible que los gremios establecidos en el arrabal de la ciudad podrían haber tenido mucho peso en la fundación y financiación de la misma”. Nacida bajo los mantos de los dominicos, en 1751 se crea la Capilla de Jesús, actual iglesia de la Parroquia.
La Guerra de la Independencia se lo llevó todo. Con la llegada de los franceses, éstos toman posesión de la Capilla y se quema la anterior iglesia conventual. Desgraciadamente para la historia y para el patrimonio artístico, tanto la documentación de la época como las tallas de las que disponía la cofradía fueron completamente espoliadas. “Tan sólo la Virgen de la Soledad se libró de la quema porque no estaba en la iglesia”.
Finalizada la guerra, la cofradía cede su capilla aun en pie al Obispado de la Ciudad como sede parroquial del barrio de Puerta de Rey. A día de hoy sigue siendo dicha capilla la iglesia del barrio.
Es un momento de renovación. De recuperación de todas las tallas perdidas. “El Balcón”, “La coronación de espinas” (Cañinas) e incluso el Nazareno (entre otras) serán obras de autores locales, como Francisco López o Lorenzo Martínez, que con más buena fe que pericia artística, intentan seguir modelos castellanos. “Muchos eran más bien carpinteros y no escultores” apunta Javier. En las figuras principales, si se aprecia un cuidado trabajo, sin embargo las figuras de los “sayones” son auténticas caricaturas con un claro mensaje didáctico y moralizante.
“El primer Nazareno que se hizo, no gustó, se conservan documentos que dicen que era muy tétrico, y se debería rehacer la imagen lo que supuso en su momento un importante desembolso”.
La procesión Camino del Calvario o del Encuentro, sigue viva desde entonces gracias al trabajo incansable de las “hormiguitas” de Puerta de Rey. La Soledad, también sigue saliendo cada Viernes Santo, desde hace siglos. La monjas de Sancti Spíritus cantan “ellas, que muchos piensan que es una grabación” al paso de María como se documenta desde hace años.
En definitiva, la tradición, la historia y una nueva visión más actual de la Semana Santa hacen de la Real Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Stma. de la Soledad una de las más reconocidas en la ciudad. Cofradía que mueve a todo un barrio y a toda una ciudad cuando sus braceros enfilan la “cuesta de la estación” camino del calvario. Después el Bendito Cristo de San Andrés subirá su cuesta particular.
“Nos gusta la Semana Santa andaluza, pero bien entendida, y manteniendo la rectitud y seriedad de nuestra tradición más castellana”, Sr. Blanco no se si se ha dado cuenta, pero astorga esta incluida en la provincia de León que a su vez pertenece a una comunidad autónoma formada por dos regiones, la leonesa y la castellana y de ahi el nombre Castilla Y León. Para su información, la cojunción copulativa “Y” separa dos términos diferentes.No tengo nada en contra de castilla, pero habiendo nacido en león y dado que no vivo en una comunidad autónoma llamada castilla considero una falta de respeto que se me identifique como castellano. Que alguien de estas latitudes nos circunscriba exclusivamente con castilla denota atrevimiento o la mas absoluta incultura. León, aunque incluido en una autonomia con castilla, sigue existiendo y merece un poco más de respeto. En un ejercicio de imaginación le pediría que se puesiese en el hipotético caso que la cofradía de puerta de rey se uniese con la de san andres pasándose a llamar cofradia de san andres y puerta de rey. ¿Que le pareceria si tras unos años hiciesen un reportaje sobre el nazareno y dijesen “este paso demuestra la rectitud y seriedad de la cofradia de san andrés? Pues por favor, apliquese el cuento.
Desde el periódico nos gustaría aclarar que tradicionalmente existen dos escuelas de estilo artístico en imaginería, una andaluza y otra castellana, y es así como se denominan.
El término de escuela castellana no se refiere al territorio, sino a un tipo de especialidad del arte de la escultura, que da lugar a una tradición más realista, más sobria, debido al tipo de tallas ejecutadas.
La escuela leonesa no existe como tal, otra cosa bien distinta es la Semana Santa de Astorga o la de la ciudad de León, que nada tienen que envidiar a otras semanas santas de otros lugares de la Comunidad.
Gracias por la aclaración ya que tal y como lo expone el Sr. Blanco parece que se refiere más al modo de entender y vivir la semana santa que a los estilos artísticos. La frase cambiaria enormemente si se refiriese a las citadas escuelas andaluza y castellana en lugar de a la semana santa y la tradición en general.