Elecciones 28A

Rafa Mayoral: “No se puede volver al desastre de los Miner. No se trata de echar dinero por echar; hay que planificar”

El secretario de Relación con la Sociedad Civil y Movimientos Sociales de Podemos defiende una reindustrialización basada en la implicación del Estado
Rafa Mayoral, junto a Ana Marcello en una visita a los trabajadores de las auxiliares de Compostilla / C. Sánchez

Abogado madrileño de 45 años, el secretario de Relación con la Sociedad Civil y Movimientos Sociales y diputado de Podemos se define como activista en movimientos sociales, destacando su labor a favor del derecho a la vivienda y contra los desahucios. Es uno de los rostros más conocidos de la formación morada, al que no le han faltado dedicatorias de calificativos como “conspirador” y “niño pijo”. En ocasiones ha sorprendido por comentarios como los elogios a las manifestaciones del papa Francisco o por reconocerse como “un urbanita ignorante del mundo rural” para contrarrestar un comentario poco afortunado. Candidato al Congreso por Madrid, ha visitado la provincia leonesa en varias ocasiones y este sábado llega a la capital del Bierzo procedente de Galicia.

Inmerso en plena campaña electoral, ¿qué sensaciones tiene?

Es una campaña muy abierta, hay mucho de lo que hablar y las encuestas dicen que hay más de un 40 por ciento de indecisos. A la gente hay que hablarle claro y decirle que en estas eleccione se va a decidir si se defienden los servicios públicos o se apuesta por su desmantelamiento y su entrega a las multinacionales, si vamos a defender el sistema público de pensiones o vamos a un proceso de recortes y privatizaciones. Esa va a ser nuestra batalla, la defensa de lo público y la lucha contra la precariedad. Hablar de política es hablar de cómo cambiar la vida de la gente; el resto es politiquería.

El derecho a la vivienda es uno de sus principales caballos de batalla. ¿Cuánto camino queda por recorrer en ese terreno?

Hay que controlar el precio de los alquileres; planteamos varias cuestiones y ya han salido algunas perso quedan muchas pendientes. Hay que frenar la subida artificial de los alquileres, la burbuja que viene, que se sustenta sobre dos patas, la del alquiler y de nuevo las hipotecas. Es necesario decirle a los nuevos operadores -que son los fondos buitre- que tienen que cumplir la ley, que no pueden abusar de la gente y que hay que acabar con las sociedades que no pagan impuestos y que se dedican a especular con la vivienda. Si la gente trabajadora paga impuestos, ellos lo tendrán que hacer. Al mismo tiempo hay que saber qué ha pasado con las viviendas que se quedaron las entidades financieras; nos parece inaceptable que se regalen a los fondos buitre.

“No hay justicia social sin justicia fiscal” es una frase suya. ¿Qué compromete Podemos y si gobierna o cogobierna, ¿Qué medidas tomará en este sentido?

En este país la gente que más tiene no paga impuestos o paga muy pocos y eso tiene que terminar. La presión fiscal tiene que ir hacia los que más tienen, básicamente para cumplir la Constitución, que habla de un sistema fiscal progresivo y en esto no es que esté incumplida, está pisoteada por las élites. Para poder tener buenos servicios públicos de sanidad, educación, ayuda a la dependencia o prestaciones sociales para quienes no pueden trabajar los que más tienen deben empezar a pagar de una vez por todas.

¿Cuál es la esencia del mensaje de Podemos a los ciudadanos para que le otorguen su confianza en las próximas elecciones?

Somos la única duera que no tiene ataduras con los poderes económicos y que tenemos autonomía plena porque somos los únicos que nos presentamos sin tener créditos concertados, y los únicos con posibilidad de impulsar cambios legislativos a favor de la mayoría social; somos la única fuerza que no tiene dependencia de las élites económicas. Nosotros planteamos un modelo de país desde una dimensión humana, donde las instituciones se pongn al servicio de las personas.

Las encuestas no les son favorables en Castilla y León, donde incluso apuntan a que podrían no lograr representación parlamentaria. ¿Es usted más optimista?

Pronosticar resultados cuando hay más de un 40 por ciento de indecisos entra más en el mundo de los horóscopos que de la sociología. Las encuestas muestran las tendencias pero en voto decidido hay poco más del 50 por ciento. Creemos que hay mucha gente que no se va a dejar atemorizar, que va a quitarse el miedo de encima y va a apostar por defender la esperanza frente al miedo y eso voto es el de Unidas Podemos.

El PSOE, más favorecido en los sondeos, parece convencido -por primera vez en tres décadas- de que puede sacar del poder al PP en Castilla y León.

Nosotros salimos a ganar en todas las citas electorales. Cuando salgan los resultados veremos, pero vamos a salir a ganar tanto en las generales como en las autonómicas por todos los medios porque es nuestra obligación. Pero que no le quepa ninguna duda a nadie de que para nosotros es una prioridad desalojar al PP de todas las instituciones; cuando el PSOE dudaba y decía que no había números, nosotros dijimos que sí los había y fuimos artífices de la articulación de una mayoría parlamentaria que puso a Mariano Rajoy de patitas en la calle, con lo cual en estos momentos la fuerza decisiva para poder sacar al PP de las instituciones sigue siendo Podemos, sin duda.

En León el cuarto diputado -ahora de Podemos- parece que se disputará con otras formaciones. ¿El balance de Ana Marcello es suficiente aval para convencer al electorado?

El compromiso de Ana Marcello con León y con Castilla y León ha sido muy importante; fundamentalmente con la gente trabajadora, con los diferentes conflictos sociales y la difícil situación que vive la gente trabajadora en estos años. Por eso en estas elecciones salimos a ver cuántos de esos diputados por León son de Unidas Podemos.

Hace ya tres años defendían la permanencia de la minería hasta lograr una transición energética y una reindustrialización que no ha habido de momento, ¿qué plantean ahora al respecto?

No se puede hablar de transición energética sin un vector industrial potente, debería ser uno de los elementos claves y que por cada puesto de trabajo que desaparezca haya dos nuevos vinculados a un nuevo vector de desarrollo; lo demás es engañarnos, no hablaríamos de transición sino de esas reconversiones industriales por las que fue tan famoso el señor Solchaga, de desmantelar, mandar la gente a la calle y al final que no haya nada. Cremos que ese no es el camino. Tiene que haber un Gobierno con una política industrial y de empleo para crear empresas; el Ministerio de Industria no tiene que ser el de cerrar empresas sino el que impulse y dinamice las diferentes zonas del país, con la supervisión del Estado, porque eso coincide con el mensaje que nos han dado en las cuencas de que no se puede volver a hacer el desastre que se ha estado haciendo con los Fondos Miner; no se trata de echar dinero por echar dinero sino de tener una planificación económica de hacia dónde queremos ir y eso es un cambio sustancial respecto a lo planteado hasta ahora.

¿Cómo se atrae a las industrias?

Tiene que haber iniciativa pública, el papel central debe ser el del Estado, como marca la Constitución, para poder garantizar el desarrollo económico. Esto no se puede dejar en manos privadas, lo que no significa no intentar atraer inversiones privadas, pero si te crees ese vector de desarrollo, lo tienes que demostrar y es la mejor forma de atraer inversores. Si les das el dinero para que hagan lo que quieran con él, desgraciadamente lo que acaba ocurriendo es que lo cogen y marchan corriendo.

Una de las palabras más pronunciadas en Castilla y León es ‘despoblación’, ¿Cuál es la receta de Podemos para abordar este problema?

La despoblación afecta al conjunto del Estado y hay una demanda clarísima de todas las zonas rurales, que es la garantía del acceso a los servicios públicos. He hablado con mucha gente y nos dicen que hay una situación en muchos pueblos de absoluta emergencia relativa a estos servicios y eso es lo primero que hay que garantizar, el servicio a la dependencia y el sanitario porque es la única forma para fijar población en las zonas que están sufriendo más el impacto de la despoblación.

¿Cómo se puede asumir el coste de esos servicios públicos?

Hace falta un cambio fiscal potente, que quienes más tienen paguen más. Nosotros cremos que tiene que haber más ingresos al Estado porque aquí los super-millonarios no pagan, los bancos no pagan, las sociedades de inversión de capital variable (sicavs) no pagan… paga la gente trabajadora. Al mismo tiempo hay que garantizar los servivios públicos y revertir las privatizaciones, porque salen más caros, los servicios son peores y las condiciones de quienes los prestan son muy malas y precarias.

¿Cuál ha sido la mayor decepción en su trayectoria política y qué es lo que más le estimula para seguir en su tarea?

Mi mayor decepción fue ver cómo se volvía a investir a Mariano Rajoy con la abstención del PSOE y el mayor estímulo es el que da la gente que todos los días hace que funcione este país y que sigue pensando en que el cambio es posible y pone los esfuerzos en lo cotidiano para que las cosas sean diferentes y se preocupa de que el que tiene al lado tenga la posibilidad de vivir mejor. Es la gente por la que estamos en las instituciones y no son más que satisfacciones las que nos ofrecen todos los días con su esfuerzo para que este país salga adelante.

¿Qué mensaje le da a los jóvenes que van a votar por primera vez?

Que utilicen su voto, que es su herramienta; los poderosos tienen otras. En este país las élites económicas controlan al Estado sin presentarse a las elecciones comprándose a los cargos públicos. Que demuestren que 46 millones de españoles y españolas pueden mucho más que los consejos de administración de las grandes empresas del Ibex y que quienes piensan que pueden disponer de la vida de los otros y recortar sus derechos. Que con su voto defiendan su derecho a la educación, a poder seguir estudiando en la Universidad, a garantizar que la educaición es gratuitqa y peleen por acabar con la precariedad. Tendemos la mano a la gente que demuestra que es posible un mundo distinto. El 28 de abril es el momento de la movilización para defender un mundo diferente.

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