Media entrada en la plaza de toros de Astorga. Casi completo el tendido de sombra en una tarde en las que el calor pega fuerte en la arena. “Amparito Roca” para el paseíllo y los matadores vestidos de corto (festival sin suerte de varas) y la rejoneadora de Goyesco. Ana Rita al trote, detrás los hermanos Castaño, Javier y Damián, y el joven novillero, Alfredo Bernabéu, saludan a la grada y a la presidencia. Siete toros en chiqueros para el Festival Taurino de Astorga.
Ana Rita brilla a caballo
El primero de la tarde, uno de los seis novillos de la ganadería de Ramón Rodríguez Espioja (Salamanca), correspondió a la rejoneadora portuguesa Ana Rita. Con desparpajo y brío saltó a la arena a lomos de Dakar, su caballo de salida. No tardó el graderío en aplaudir los lances de la rejoneadora. Estuvo bien en banderillas con “As de Oros” y a su regreso de cuadras eligió a la yegua “Castuera” para los “violines”. Muy buena faena estaba cuajando la portuguesa con un novillo grande, castaño como sus hermanos, que embestía bien y seguía con ganas la cola del caballo. Todo un espectáculo. Para el rejón de muerte, cambio de caballo de nuevo; esta vez le toca el turno a “Fandi”. Silencio en la plaza, buena estocada y el toro dobla solo. Ovación cerrada para el primer novillo del Festival. Los pañuelos pedían la primera oreja y tras concederla a la presidencia se le insistió en una segunda. Así fue, dos orejas en el primer astado y plaza en pie para ovacionar a Ana Rita.
Su segundo Novillo, el cuarto de la tarde no fue tan bueno como el primero. Tampoco fue una buena faena. Estuvo bien con su caballo de salida, Engrasada y Dom Quixote en banderillas. En violines con Castuera intentó sacarle lo mejor al bravo pero no estaba saliendo la cosa tan bien como al principio. Con el rejón colorado, a lomos de Fandi lo tuvo mal. No entró bien la estocada y Rita tuvo que bajarse del caballo y descabello en mano rematar la faena al segundo intento. Aplausos y una oreja por parte de la presidencia. Ana Rita besó la arena del coso maragato y se despedía de la afición que la ovacionó profundamente. No faltaron los claveles botas de vino y sombreros para ella en su vuelta al ruedo.
Hermanos toreando juntos
Los otros cuatro novillos les tocaban a las dos figuras salmantinas (leoneses de nacimiento el mayor) del cartel astorgano: los matadores y hermanos Javier y Damián Castaño. El primero, ovacionado en la última feria de San Fermín. Damián, una de las firmes promesas del toreo nacional.
No fueron buenas las faenas de ambos con sus primeros astados. Javier no lo hizo mal con la muleta, arreglando el desaguisado de una suerte de banderillas mala. Tenía que rematar bien para levantar la faena pero mató mal. Dos descabellos y el animal tardó en irse a tablas para romper. Aplausos y gracias.
El tercero, que correspondía a Damián, tampoco obtuvo premio. El joven salió valiente con el capote y de las banderillas se libró el último par. Damián hizo una faena regular, plana, sin arriesgar demasiado tras el cambio de tercio y coger la muleta. El público esperaba algo más y a penas se pidió la oreja. Sin premio y a esperar a los otros dos novillos restantes.
No hay quinto malo
Eso dice el refrán y eso ocurrió en la plaza de Astorga. Javier supo sacarle todo el partido posible a la embestida de su novillo. La faena fue casi redonda, de nuevo las banderilleros anduvieron con mal tino. Sonaba la “Puerta Grande” mientras el mayor de los hermanos se lucía muleta en mano. Buenas series de naturales bien finalizadas con pases de pecho de manual con los que el público rompió en aplausos. La estocada fue buena, “hasta la bola”, y el novillo dobló solo. Explosión en el graderío. Dos orejas y un rabo (quizás demasiado premio) para una de las mejores faenas de la tarde.
Damián intentó remontar el vuelo espoleado por el éxito de su hermano. Hizo un buen toro. Bastante completo en todos los lances. Sin llegar a ser una faena perfecta también arrancó la generosidad de los aficionados que pidieron insistentemente una segunda oreja que acabaría por cortarse.
Corrida de siete astados
Como en esto de los festivales taurinos las reglas más rígidas del toreo se suelen saltar, para la ocasión se preparó un séptimo y último novillo. El público recogía sus bártulos y se preparaba para abandonar la plaza cuando la llamada de clarines descolocó a los asistentes. “Sí, uno más” se murmuraba en el graderío.
Un novillo para el joven Alfredo Bernabéu. El novillero alicantino salió con la valentía y el desparpajo del aprendiz que busca la gloria. Su faena con permiso de los matadores, fue de lo mejor de la tarde. Se arrimaba bien y el novillo le respondía. Todo perfecto y fuertes aplausos del público. Pero hay que rematar las faenas. La última suerte fue muy mala. Se le atragantó el estoque y eso lo penalizó en exceso. Dobló el novillo y Bernabéu buscará mejor suerte en otras plazas, pero apunta maneras el joven.
Pero porqué tanto interés en maquillar las cifras o en mentir??? Cómo se puede decir -media entrada- cuando el aforo de la plazo es de casi 4000 personas y la zona de sombra de 1700 y ayer había un total de 700… (contando la banda municipal).
Y en el espectáculo del domingo no más de 400 peñistas… había bastantes más en el parque de La Eragudina… Algo falla aquí…