El PSOE tiene la palabra

 

Hoy es otro de esos días D para los independentistas catalanes. Han puesto tantas veces el contador a cero que llegará el día que venga el lobo y no se enterará nadie. ¿Puigdemont declarará hoy en el Parlament la independencia de Cataluña? La verdad es que nos tienen con el alma en vilo, con el corazón permanentemente helado, con la espada de Damocles de las dos Españas sobre nuestras cabezas. Demasiada angustia en un tiempo que parece no tener fin. ¿Hasta cuándo abusarás de nuestra paciencia, Puigdemont?

Tanta incertidumbre, al menos, ha servido para que el panorama en el bando constitucionalista se aclare. Bueno, menos Rajoy, quien ya se sabe, como buen gallego anda en la mitad de la escalera sin saber si baja o sube. Sin embargo, es muy importante la manifestación del domingo en Barcelona. La mayoría silenciosa se deja oír. Ya era hora. Y quien habló claro, como casi siempre, fue Borrell. Y con Borrell parece que el PSOE ha despejado todas sus dudas. Ayer, su máximo líder, Pedro Sánchez, ya lo anunció sin ambages: estará al lado del estado de derecho en el caso de que hoy Puigdemont declare la independencia. Se agradece la claridad. Y la de los socialistas catalanes colocándose también de forma clara al lado de la Constitución. Un frente que se cierra.

Y mientras los líderes del PSOE cierran filas contra el secesionismo catalán y hacen oídos sordos a los cantos de sirena de los veletas antisistemas de Podemos, en la provincia leonesa el PSOE, al fin, se pone en marcha para dilucidar no sólo un liderazgo sino un proyecto de partido. Tres candidatos, tres, aspiran a la secretaría general: Díez, Moreno y Cendón. Las bases van a tener materia para elegir. La verdad es que da gusto. Los socialistas se alejan de los congresos a la búlgara de sus oponentes y optan por la confrontación dialéctica, el debate de programas y, ¿por qué no? la pugna personalista.

Díez, Moreno y Cendón se van a disputar el liderazgo de un PSOE que necesita, hoy más que nunca, recobrar su credibilidad y reputación perdida. León necesita un PSOE fuerte, que controle con criterio la acción de gobierno de los populares y que elabore un programa que, de verdad, sea alternativa a unos populares que ya dan más que evidentes síntomas no sólo de cansancio y agotamiento sino de aburrimiento, hastío, falta de ideas y capacidad de ilusionar de cara al futuro. De ahí los vicios inherentes a la perpetuidad en el cargo y la consiguiente corrupción. No se puede seguir votando con las narices tapadas como mal menor. El PP gana por ausencia de rival. La corrupción no le pasa factura porque enfrente no hay quien se la cobre.  Ciudadanos se ha quedado en una bisagra sin aceite y la UPL es el eterno querer y no poder. ¿Y Podemos?, pues ahí están esos chicos, sentados en la escalinata del palacio de invierno a la espera de que alguien prenda la mecha de la revolución.

El PSOE leonés abre su calendario electoral. Es deseable que, de verdad, haya un debate de ideas y de propuestas. El PSOE que actualmente habita en las instituciones públicas ya ha dado de sí todo lo que podía, es decir, casi nada. Han defraudado. Los Silván, Majo o Herrera viven instalados en la comodidad cuando la provincia yace desde hace tiempo sumida  en un enorme fracaso colectivo. El Bierzo es fiel reflejo de esa crisis.

¿Será  capaz esta vez el PSOE de fabricar una alternativa consistente e ilusionante para sacar de su postración a la provincia de León? Vamos a ver qué tienen que decir los Díez, Moreno y Cendón. Ojalá que el resultado final no sea más de lo mismo.

 

 

 

 

 

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