Procesiones

Hay momentos en que la musiquilla de las sintonías de los partidos políticos en campaña se mezcla con los sones de los tambores y cornetas de las procesiones de Semana Santa, pero es sólo un momento. Las dos semanas de pasión discurren en paralelo. Máxima cortesía y neutralidad.  No sé si en las sacristías, antes de las procesiones, los papones y nazarenos hablan de política. Seguro. Son sentimientos encontrados. Pura pasión en ambos casos. Irracional en un alto porcentaje. Sentimiento a flor de piel.

Seguro que muchos papones pedirán estos días al titular de su cofradía un poco de iluminación antes de decidir el voto. Y es que las encuestas aseguran que los indecisos en León rozan el 40%. Muchos. Demasiados. Lógico que más de uno pida la intercesión divina para aclarar ideas. Pero, no, los santos hoy en día están ya a otra historia. Desde que el Concilio Vaticano II consagró e hizo realidad el viejo dicho religioso de al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Salvo que, claro, Vox, entre en campaña entre capillos, túnicas y mantillas. Que ya lo dijo Santa Teresa, Dios también está entre pucheros. Y debajo de los tronos semanasanteros.

Sea por la Semana Santa o por la lluvia o por lo que sea, la verdad es que la campaña en la provincia de León se ha iniciado a muy bajo ritmo. Visitas al rastro dominical, a mercadillos en los pueblos y muchos vídeos a través de redes sociales. Y poco más. Mucha discreción, como si León fuera una provincia sin capacidad de decidir. ¿Será eso? El resultado de las encuestas anuncia la ya existente fragmentación política. La única incógnita es si el PSOE, en plena tendencia alcista nacional, se queda con dos diputados al Congreso. Porque en León, rizando el rizo, podría darse un cuádruple empate a un diputado (PSOE-PP-Cs/Podemos-Vox). De locos.

Los leoneses, está visto, se movilizan estos días por los tambores y trompetas y por la búsqueda de la mejor limonada en vez de por acudir a mítines electorales, que, por cierto, han quedado reducidos a una mera reunión de amigos, simpatizantes y conocidos. La música de las campañas electorales ya no levanta pasiones ni sirven para enardecer ánimos y agitar banderas. ¿Habrá debates electorales en León? Por ahí anda la patronal de las patronales tramando debates entre candidatos. Hasta en esto somos distintos en León. Los líderes sindicales citan en su casa a los candidatos, les leen la homilía, le recitan la larga lista de demandas y exigencias y les dan la absolución. Qué chicos estos. La patronal, en cambio, es más aguerrida, se atreve con la trinchera de los debates. Y seguro que los antisistema de un lado, es decir los de extrema izquierda, y los del otro, es decir los de extrema derecha, van y todo y se prestan al juego.

Aseguran sociólogos y politólogos que ahora lo importante de estas campañas es la última semana. Esos días son en los que los indecisos se deciden y lo que mantienen su voto oculto lo descubren. Así sucedió en Andalucía con la sorpresa que ya todos ya conocemos. ¿Pasará lo mismo en l última semana de este abril de lluvias mil?

Hay que esperar, pues, a que las procesiones religiosas acaben con la cera de las velas de sus tronos y las procesiones laicas agoten la última gota del combustible de sus vehículos para decidir. Será en la última semana de abril. Atentos.