Política, elecciones y una propuesta: El poder popular leonés

La política se nos presenta como un teatro de trileros donde van apareciendo caras, debates
interminables, grescas entre políticos y siglas mientras hay problemas y conflictos sin resolver,
nombres que aparecen y desaparecen, leyes cambiantes e injustas y decisiones que se nos presentan
por mandato. Solo hace falta ver lo que acaba de suceder esta semana ante el adelanto de las
elecciones de la Junta de CyL, para poder ver como delegamos continuamente la vida política,
con las perjudicales consecuencias que nos trae, en manos de políticos que no representan a las
clases populares, en este caso ni leonesas ni castellanas.
Es la política entendida desde la “profesionalidad” y desde los intereses de esta clase política que
representa en última instancia los intereses de una sola clase social. Una estructura política que nos
priva de intervención activa al pueblo. Carecemos de canales justos, populares y radicalmente
democráticos de gestión política. Ante este panorama, desde la izquierda transformadora su apuesta
históricamente es entender la política desde una posición colectiva asentada en la igualdad, en la
justicia y en las libertades políticas y civiles. De hecho queda cada vez mas reflejada la necesidad
de construir una sociedad arraigada en esa cultura política para avanzar socialmente, basada en la
construcción de un poder popular y soberano que sostenga una política racional, debata libremente,
intervenga activamente para poner fin a los problemas, y represente los intereses colectivos, es decir
los de la gran mayoría. De esta manera el malestar, la confusión y desapego que sentimos por lo que
se entiende como “política”, lo convertiríamos en respuestas organizadas y racionales ante el
escalabro casi civilizatorio que estamos viviendo.
En nuestro contexto mas cercano esta idea de construir otra política supondría caminar hacía
la construcción de una política leonesa basada en el poder popular para poder intervenir, un
león que no ruja solo cuando esté ante el abismo, que se ponga manos a la obra ante el gran reto
que es, hacerse dueño de su propio futuro. Porque delegar el presente y futuro del País Leonés a una
clase política ajena-centralista y de 3º división, nos niega diariamente el derecho a existir. Solo hay
que recordar que tras ese último rugido popular leonés que se tradujo en la “la mesa por León”
donde no había ni sillas donde sentarse para toda la serie de representantes políticos de los/as
leoneses/as que se querían hacer la foto ese día, se esfumó con el paso del tiempo, mientras la
situación que seguimos sufriendo borda el exterminio.
Ante este panorama desolador, ¿Por dónde empezar para desarrollar ese poder popular?
Debemos analizar colectivamente y de manera profunda una ristra interminable de conflictos,
problemas y situaciones que nos afectan; como puede la despoblación, el sexismo y la opresión de
la mujer, el extractivismo, la emigración forzada, el encarecimiento de la vida en la última crisis…
y un largo etc que compondría la necesaria estructura teórica y discursiva para asentar porque
necesitamos caminar con lentitud pero con decisión hacía la soberanía y la transformación social en
el País Leonés. Poniendo nuestro granito de arena en nuestra escala mas cercana, a la
transformación tan necesaria del mundo en el que vivimos. Una política soberanista que se basa
en esencia en decidir sobre nuestras vidas, que lo que pase aquí lo decidamos aquí y que
tengamos las herramientas efectivas para poder resolver nuestros problemas mas acuciantes. Este
marco teórico asentaría el objetivo fundamental del leonesismo de izquierdas soberanista: construir
ese poder popular leonés que traería esa nueva política.
A dia de hoy el principal sujeto de este leonesismo soberanista de izquierda es Agora País Llionés,
esta semana publicó un manifiesto llamado “Por la autonomía del País Leonés” “De la
autonomía a la liberación social” que coloca encima de la mesa dos aspectos fundamentales; El
primero el porque es tan urgente seguir luchando por la autonomía leonesa y el segundo la
necesidad de cambiar la política actual por una en base a los intereses de las clases populares
leonesas. Concluyendo que la autonomía no arreglaría nuestro presente por arte de magia,
sino que sería el primer paso que asentaría nuestra capacidad de ir conquistando victorias. Otra cosa
no, pero el pueblo leonés necesitamos adquirir confianza, esperanza y fortaleza. Esta apuesta del
leonesismo soberanista no es algo “idealista” “novedoso” ni “moderno”, pero si antagónico, ya que
supone un cambio absoluto en el paradigma actual. Es un primer paso, a modo de propuesta, para ir
forjando otro modelo de gestión de la vida colectiva leonesa, que no deja de ser en esencia la idea
de la política misma, gestionar el común.
Para construir este poder popular leonés, lo primero es asentar esa base teórica, que Agora elabora
humildemente desde hace años, que nos ayude a comprender la realidad de lo universal a lo
concreto, luego hacer una agenda propia que dote al leonesismo de una estrategia para decidir
donde poner sus esfuerzos y energías, luego dotarse de una estructura popular donde prime la
autocrítica y el compromiso. Ese proceso diríamos que ya comenzó en el País Leonés, tímido y
débil todavía, pero a la par integral ya que vemos una labor fundamental para construir ese marco
de entendimiento en todas esas asociaciones políticas, culturales, lingüísticas, económicas o sociales
que existen en el País Leonés. Que en diferentes esferas; desde la política, hasta la cultural pasando
por la económica, construyen esa sociedad leonesa que avanza y politiza el conflicto en el que
vivimos. Es nuestro deber aplaudir su labor y que entre todas construyamos un movimiento con
capacidad de avance y autocrítica.
Para cerrar, y a modo de conclusión, tras el esperpento de esta clase política que con su riña
entre “socios” de gobierno convocaron elecciones el próximo día 13 de Febrero. Tenemos una cita
en las urnas para escoger los procuradores de la Junta de Castilla y León, esa llamada a las urnas es
justamente la esencia misma de la política profesional, esa que hemos puesto en duda en este
artículo. Aún así, será una cita clave tanto para esas clases populares leonesas y nuestras vecinas
castellanas de colocar nuestras reclamaciones, nuestros problemas mas acuciantes en primera
línea, que el debate de siglas no tape el desgarro que estamos viviendo. Pero que no nos entre el
azogue, no podemos olvidar que nuestras tareas de vida o muerte para el pueblo leonés van mas
allá del próximo 13 de Febrero. Entre todos/as despacio y con buena letra hacía la autonomía y por
la construcción de ese poder popular leonés.

Jorge Aller

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