El pequeño Nicolás astorgano y el Congreso del PP

De los ecos del pasado fin de semana en el que el Partido Popular celebró su Congreso nacional se ha venido escribiendo, hablando y analizando toda la semana y a todos los niveles. La gran conclusión es que el denominado “marianismo”, que vaya usted a saber qué demonios es eso, está más vivo que nunca y las voces críticas como el movimiento Floridablanca y otros dentro del PP han quedado con el pompis al aire. Ni listas abiertas, ni candidaturas alternativas, ni ná de ná. La centroderecha española sigue siendo un bloque heterogéneo por dentro y homogéneo por fuera, esto es, que lo mismo caben posturas de la derecha más clásica hasta las del centrismo rozando con la socialdemocracia que siempre fue el PSOE de Felipe González y que tanto rédito le dió al andaluz. Ahora con ese giro a la izquierda más dura y populista de algunos puede que acaben siendo devorados por el fenómeno Podemos. Tiempo al tiempo. Necesitamos un PSOE, en España y en Astorga, claro que sí, fuerte y centrado. Veremos.

El zamorano Maíllo, que nunca tuvo gran predicamento como procurador regional y fue “elevado” a destinos madrileños en las pugnas provinciales ha logrado, con tiempo y una caña, arrimarse al gran líder hasta ser el número tres del organigrama. Es el gran triunfador del Congreso. No olvidemos que Maíllo tiene querencia directa por uno de los aspirantes a suceder a Juan Vicente Herrera. Ojo al parche.

Otro de los aspectos destacables es la entrada triunfal del alcalde de León, Antonio Silván, en la Ejecutiva nacional. Que a su vez es otro de los candidatos a suceder a “Juanvi”, pues recordemos, es necesario ser procurador si el relevo se hace en plena legislatura, como sucedió hace años con Juan José Lucas, que no pudo suceder a JM Aznar y tuvo que haber un ínterim con Jesús Posada, que sí era parlamentario en las Cortes de Fuensaldaña.

Nos ha llamado la atención cómo la alcaldesa de Ponferrada ha sido virtualmente arropada por el presidente provincial, Eduardo Fernández, y ha realizado contactos y pasillos con ministros para temas de calado en su ciudad y la comarca. Nuestra delegación, la astorgana, algo menos numerosa también se ha movido, hay que decir en honor a la verdad que algo menos. Sin embargo llamó a mucha gente la atención y se preguntaron a los delegados astorganos quién era ese de su delegación acompañado por un señor que no tenía acreditación y que no paraban de hacerse selfies y fotos de pose con todo cargo importante que enganchaban. “Ese, -respondió con socarronería maragata un alcalde de nuestra comarca- es el pequeño Nicolás astorgano y su compadre de intrigas. No los expulséis ni hagáis nada, pobres hombres”. Alucinado me quedé con la historia y comprendimos que en la vida cuando pasó tu tren y tu tiempo lo mejor que puedes hacer es irte a casa con dignidad. Lo contrario no es causar hilaridad…es dar pena.