Sergio González Astorga ha rendido homenaje este sábado, como cada año, a los 800 soldados, que el 14 de julio de 1808, partieron hacia Medina de Rioseco para participar en la Guerra de la Independencia contra los franceses y lo ha hecho sacando a las calles la replica del Pendón de Clavijo. Los miembros de la Asociación Histórico Cultural Voluntarios de León, 1808–1814, han sido los encargados una vez más de representar y honrar a este grupo de nobles y plebeyos, que pasarían a la historia como ‘los 800 de Clavijo’.
De este grupo, los astorganos que sobrevivieron, regresaron a su tierra vencidos pero con el Pendón de Clavijo, insignia que juraron proteger para no olvidar que participaron en la primera gran disputa, que tuvo lugar en suelo español contra los franceses. “Esta es una seña de identidad que los astorganos hemos sabido recuperar”, recordó el alcalde de la ciudad, Arsenio García.
El grupo caracterizado como soldados milicianos del tercer batallón de los voluntarios de León, portando el Pendón y acompañados por autoridades de la ciudad, recorrieron la ciudad hasta llegar a la calle Mártires de Somiedo, lugar en el cual está situada la placa que homenajea a los caídos en esta batalla. Una vez allí el historiador astorgano Manuel Jesús Álvarez recordó al comandante de estas tropas leonesas que juró dar su vida por defender al pendón de Clavijo y resaltó el valor de “este grupo que partió lejos de su hogar para luchar por su independencia y que perdió a cincuenta de sus miembros en aquella batalla”.

Por su parte, Arsenio García mencionó palabras del político de la época, Mechor Gaspar Jovellanos, quien ante la actitud de sus compañeros de servir al rey intruso, José Bonaparte, declaró que “España sabe vivir sin rey y puede mejorar su Constitución sin auxilio extranjero, porque sabe luchar por su propia libertad”. El regidor de Astorga y miembro además de esta asociación de voluntarios recordó que este escritor ilustrado también dejó su vida por luchar en esta guerra donde “se fundieron los reinos en un solo Estado, en virtud de la Constitución de Cádiz”.
Tras estas palabras a los caídos, se procedió a colocar una Corona de Laurel, adornada con un lazo blanco y otro rojo, los colores de Guerra del Ejército Español en 1808, para recordar un año más el valor de estos astorganos.
Después de presentar armas y de unos disparos al aire, el cortejo desfiló de nuevo, esta vez hasta la plaza del Ayuntamiento, escoltados por la replica del pendón. Allí esperaba una multitud de personas que pudo presenciar como la insignia después de una serie de actor militares pudo regresar al Salón de plenos, lugar donde descansa durante el resto del año.
Al acto acudió parte del equipo de Gobierno de la ciudad, la concejala del PAL, Celi Gómez y el presidente de la Junta Profomento de la Semana Santa, José Ángel Ventura.