La expareja de Miguel Ángel Muñoz, acusado de asesinar a la peregrina norteamericana Denise Pikka en abril de 2015, le definió hoy como “agresivo y mentiroso” y dijo haber escuchado de su boca comentarios sexistas y racistas. La mujer, madre de una hija no reconocida por el presunto asesino, dijo que le sorprendió la larga llamada telefónica que éste le hizo al día siguiente de la desaparición de Denise porque únicamente solía contactar con ella dos o tres veces al año.
Por su parte, el padre del acusado, que como la anterior prestó declaración por videoconferencia, manifestó que cree que su hijo es “cobarde” como para hacer lo que se le atribuye él solo. “Tiene un pronto muy fuerte, sus momentos de agresividad, pero no es nadie cuando se encuentra solo”, declaró en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de León.
El progenitor, que reside en Madrid, no ve a su hijo desde agosto de 2015, cuando pasó unos días con él en la casa que recientemente fue pasto de las llamas. El hombre reconoció que después de los hechos, cuando fue llamado por la Policía para interrogarle al respecto, avisó a su hijo de esta circunstancia, a pesar de que le dijeron que no lo hiciera.
Declaró que la supuesta relación de Miguel Ángel con guerrillas latinoamericanas le parece una invención y definió como “un infierno” su relación con la madrastra del acusado, una mujer colombiana aficionada a la videncia y otras prácticas esotéricas. Ella, dijo, tuvo una influencia muy negativa en sus tres hijos, que quedaron huérfanos de madre a muy temprana edad.
Hostigador y acechador
El pedáneo de Castrillo de los Polvazares, Esteban José Salvadores, detalló a preguntas de los letrados y el fiscal que el acusado protagonizó enfrentamientos con vecinos del pueblo y cazadores de la zona. Afirmó también que fue testigo directo de cómo en dos ocasiones hostigó a dos peregrinas que caminaban solas y que mostraron actitud de escapar de él.
A Muñoz le atribuyen en Castrillo la construcción de al menos dos escondites próximos a la Ruta Jacobea desde los que supuestamente acechaba a los caminantes. Añadió que le molestaba que fuesen hombres al entorno de su vivienda pero que mostraba una actitud diferente con las mujeres y que se mostró violento en algunas ocasiones con quienes se acercaban a su finca.
Declaró además que desde que no está en el pueblo han cesado los hurtos que se cometían en algún huerto de la localidad y otros incidentes como la rotura de las maderas que delimitan un coto de caza, la aparición de una madera camuflada con puntas clavadas hacia arriba, el cambio de las flechas indicadoras de dos caminos, con las que se orientan los peregrinos. Antes de su llegada a Castrillo, matizó, tampoco se habían dado hechos similares.
Hoy también prestó testimonio la empleada de una entidad bancaria que cambio los dólares que presuntamente llevaba Denise y de los que él se habría apoderado. La mujer fotocopió los billetes por precaución, por si fueran falsos, y explicó que al saber que no le entregarían los euros el mismo día primero se fue de la sucursal y luego regresó para formalizar la operación.
Incomparecencia
El último testigo previsto para la sesión de este miércoles, un tío del acusado, no compareció en el juzgado de Móstoles en el que estaba citado para prestar declaración y será apercibido para hacerlo mañana a la misma hora. Por otra parte, el juez comunicó hoy que la declaración de la peregrina alemana que sufrió un ataque en la zona en 2014, de la que se responsabilizó inicialmente al acusado aunque finalmente quedó libre de cargos, prevista para mañana tendrá lugar el viernes 31 de marzo.
El jueves 30 de marzo está citado el hombre que recomendó a Denise desviarse de su ruta para conocer Castrillo de los Polvazares y mañana comparecerá, por videoconferencia, el hermano de la víctima, que se desplazó a España cuando se produjo la desaparición de la malograda peregrina.