“Tenía material y ganas de montar algo”. Así resume Javier Fernández Santín (León, 1976) los motivos que le llevaron hace algo más de un año a poner en marcha el blog ‘De cima en cima’, en el que recoge sus principales salidas a la montaña desde hace una década, con especial protagonismo para las llevadas a cabo desde 2015.
Cada una de las más de 300 entradas publicadas le llevó unas cinco horas de trabajo, entre la selección de fotografías, edición de los nombres de la cimas y los ‘tracks’ y la preparación del blog. “Se trata de contar lo que haces y aunque no es mi intención el contenido no es que sirva de guía pero sí sirve de referencia, de orientación, es como un catálogo del sitio al que vas y de todo lo que le rodea”, explica antes de subrayar que antes de iniciar una ruta hay que documentarse adecuadamente.
Distancias, desnivel, seguridad, consejos, anécdotas y datos útiles son algunas de las cosas que encuentra el visitantes de ‘De cima en cima’, que en una de sus recientes incorporaciones, la correspondiente a la Vía Ferrata, recibió un millar de visitas en apenas cinco días.
Se trata de una cifra relevante, más si se tiene en cuenta que, al menos así lo considera Santín, actualmente subir picos es una práctica que no sigue demasiada gente. “Ahora están de moda las carreras más que las salidas de montaña pura y dura”, afirma. Él sale con gente de mediana edad -con más presencia de mujeres en los últimos años- que, dice, conforman el grueso de los aficionados a las cimas hoy en día, aunque también haya algunas familias con pequeños. A principios de junio, comenta, la localidad leonesa de Cerulleda acogerá un encuentro de aficionados de León, Asturias y Valladolid.
Experiencia
Enamorado de su afición, dedica la mayor parte de su tiempo libre a disfrutar de una actividad que, asegura, “más que un deporte es una forma de vida. Cuando te metes, conlleva muchas más cosas, como el compañerismo. La gente de montaña es diferente… y engancha, es como una droga”. La prueba de que en su caso ocurre así es el que hecho de que solamente el pasado año llevase a cabo 64 salidas (40 y 50 en los anteriores).
Aunque su afición empezó con 13 años en el seno del el Club Collalampa -fundado en 1977 por un grupo de amigos y profesores del colegio Marista Santa Bárbara de Santa Lucia de Gordón- no tuvo mucha continuidad hasta que en 2008 un amigo le llevó a Collado Jermoso, en la vertiente leonesa de los Picos de Europa; luego comenzó a ir a Pirineos y ya como integrante del Club Sáncenas inició una trayectoria imparable de cimas cuyo récord tuvo lugar el pasado año cuando, en compañía de varios amigos, hizo un cordal de 17 (Cellón-Estorbín de Valverde-Brañacaballo), con un desnivel positivo de 2.400 metros y un recorrido de 34 kilómetros, que duró desde antes de las 9 de la mañana hasta pasada la medianoche.
“No por subirlas, pero conozco casi todas las montañas de España”, afirma antes de comentar que conoce los picos más altos de ocho provincias de Castilla y León -el Moncayo, el ‘techo’ de Soria se le resistió por el viento y lo volverá a intentar- y otras zonas de España. Entre sus favoritas cita Torre Cerredo, que con 2.648 metros es la montaña de mayor altitud de todo Picos de Europa. Con los Alpes y Nepal como algunos de los destinos pendientes, destaca entre sus experiencias vividas la de la Cordillera del Atlas, en Marruecos, donde alcanzó el Jbel Toubkal, la montaña más alta del norte de África, con 4.167 metros y, afortunadamente, no sufrió mal de altura (Mal Agudo de Montaña, MAM).
Seguridad
“No me he encontrado sorpresas porque estudio los mapas, en papel y en digital”, apunta como paso imprescindible antes de hacer una ruta, además de consultar las previsiones meteorológicas. A los que se inician en la práctica del montañismo les sugiere comenzar con rutas sencillas de tres o cuatro horas y utilizar los servicios de los guías y empresas de multiaventura. Los clubes son claves para quienes quieren hacerlo de forma asidua y federarse aporta coberturas casi imprescindibles.
Cada época en la montaña, dice, tiene su encanto pero en todas hay que acudir bien equipado. “Tienes que llevar siempre la mochila preparada para pasar una noche a menos 10 grados”, afirma.
La preparación física en función de la ruta que se vaya a hacer es fundamental y lo más recomendable es salir acompañado. “No se debe ir solo, cuando alguna vez lo hago procuro avisar a dos personas, que sepan dónde estoy y tengan controlados los tiempos. Es peligroso; no digo que la gente no salga sola, pero se asumen riesgos cuando se hace”, advierte.
Echa en falta promoción de algunos de los tesoros que alberga la Cordillera Cantábrica y, sobre todo, una buena señalización que sí hay en otros territorios. “Hay un problema importante; es prácticamente nula, en contraste, por ejemplo, con el Pirineo catalán… aquí hay muy poca”, lamenta.
El peor momento
El momento más crítico vivido en sus salidas tuvo lugar hace apenas un año. Santín formaba parte del grupo de 12 personas que el 20 de mayo del pasado año vivió un trágico suceso en el pico La Collada de Riaño cuando una de sus integrantes, una policía gijonesa de 57 años, Charo Castelao, perdió la vida al caer a una zona pedregosa cuando se encontraban en la cara norte del mismo.
A por las 600
Con más de 520 cimas a sus espaldas, 470 de ellas sin repetición y alguna con varios intentos hasta lograrlo (siete en el caso del Llambrión, de 2.642 metros de altura), Santín se confiesa enamorado de la montaña y, sobre todo, de Picos de Europa y afirma que en la Cordillera Cantábrica “hay montañas suficientes para no repetir una en una vida”.
vaya regalazo para los que amamos la montaña. GRACIAS!!!!