Pablo Iglesias ha salido por fin en TVE. No en sus Desayunos, pero sí en24 Horas. Sus palabras, por tanto tendrán menos repercusión. Iba preparado, con más datos que en otras ocasiones, con más papeles y con más tensión (algún taco salió de su boca, sobretodo cuando se trataron los asuntos del dinero negro y de Errejón). Y para las bromas futuras quedará la frase ¿Y del dinero negro qué? de Alfonso Rojo con el que Iglesias tuvo el momento más tenso de la entrevista.
Fue justamente en ese momento tenso, menos preparado, de rabia interna, cuando salió un Pablo Iglesias que es el que da temor: el que dijo a un director de programa (que todo hay que decirlo, estuvo en su sitio), que no entendía cómo TVE llevaba a un periodista como Alfonso Rojo a TVE. La respuesta es fácil: porque el director del programa tendrá la libertad de llevar a los contertulios que desee, igual que Pablo reclamaba libertad para llevarle a él. La misma que Pablo parece que no daría para que fuera Alfonso a un programa público con él a los mandos delGobierno. O eso pareció. Y eso da miedo.
Porque sobre el asunto Errejón, Pablo dijo lo que dicen los políticos: que estaba sufriendo una cacería, que todo era por un papel, y que él nunca ha cobrado dinero negro o pagado. En este caso, sí fue rotundo y animó a los que le acusan a ir a los tribunales.
Por lo demás, Pablo volvió a demostrar que se maneja bien ante las cámaras, que se sabe su discurso, aunque lo del país decente y las ventanas abiertas, ya es tan repetitivo como las preguntas que él dice que le hacen los periodistas, y que quiere moderarse a marchas forzadas.
Sobre su programa dijo que no es lo mismo presentarse a Europa que a unas generales y que él no ha prometido como otros, pleno empleo, o 3,5 millones de empleos en un año. Y sobre sus cambios que más ha girado Pedro Sánchez en Europa y con el artículo 35 de la Constitución. Pablo se modera porque ahora dice que hará las cosas poco a poco, porque usa al ¡FT! para decir que son responsables en su plan de reestructurar deuda, porque no se define como comunista, porque le gusta más hablar de socialdemocracia, y porque ¡critica ya a Venezuela!
Sí, Pablo ‘mató’ al padre porque lo necesita para seguir su camino. “En Venezuela hay corrupción, te pueden sacar una pistola para quitarte unas zapatillas, pero esto no pasa solo ahora”. ¿Y esa política social venezolana o cubana tan reconocida? Olvidado. Ecuador es ahora un nuevo referente aunque las políticas latinoamericanas no se pueden aplicar en España.
Y ahí llegó otro punto ¿Se puede subir los impuestos a las grandes empresas, subir salarios, poner un tope salarial sin que nada se venga abajo? Nunca pasó, pero Pablo cree que puede cambiar esa realidad apelando a la generosidad de los ricos. Y más aún a Merkel, a la que recuerda que a su país se le hizo una quita en la década de los cincuenta por generosidad. Veremos.